Desde hace poco más de una década, los astrofísicos comenzaron a detectar fugaces ráfagas de energía que llegan a nuestro planeta desde el espacio exterior y que se manifiestan como pulsos de radio que duran unos pocos milisegundos y luego se desvanecen.
Uno de los grandes enigmas del universo podría ser resuelto por un nuevo y sofisticado telescopio

La señal, se ha dicho, es mil veces más débil que si uno viajara a la luna y enviara una señal con su smartphone.
Denominadas ráfagas rápidas de radio, se han convertido cada vez más en uno de los enigmas más inquietantes de la astrofísica.
¿De dónde proviene toda esa energía?

Llegan de modo apenas perceptible por telescopios avanzados, e invisibles al ojo humano, pero antes han viajado millones de años luz y han atravesado nubes de polvo y gas intergaláctico.
Así que la explicación preferida por los científicos es que la energía proviene de otra galaxia y de una fuente extremadamente energética.
Porque si el origen de esta energía estuviera más cercana, definitivamente nos daríamos cuenta, y definitivamente no quisiéramos estar ahí.
Las propuestas entonces son que las ráfagas rápidas de radio son: a) generadas por una estrella de neutrones en rápida rotación, b) por un agujero negro o c) por alguna inteligencia extraterrestre.
¿Qué es lo que ha llevado a una posible explicación tan osada como la de la inteligencia alienígena?
Pues el hallazgo de una ráfaga intermitente: esto es, un pulso de radio que se repite con determinada frecuencia.
Ahora, un nuevo telescopio canadiense llamado CHIME (siglas en inglés de Experimento canadiense de mapeado de intensidad de hidrógeno) ha detectado una segunda ráfaga de radio intermitente, lo que respalda la teoría del origen extragaláctico y podría ser el inicio de la resolución del enigma.
La segunda ráfaga rápida de radio intermitente

El sofisticado y revolucionario radiotelescopio, construido en un observatorio astrofísico de British Columbia, Canadá, tenía dentro de sus principales objetivos precisamente el de detectar nuevas ráfaga rápida de radio, lo que ahora se puede decir que se ha cumplido con éxito.
No solamente detectó nuevas señales, sino que también descubrió la segunda que muestra un comportamiento intermitente.
Todo esto respalda las presunciones de los astrónomos de que podría haber muchas de estas señales, que simplemente no eran captadas por no tener los instrumentos adecuados o no estar aplicando las mediciones precisas.
El telescopio CHIME se diseñó de manera de detectar señales de radio de frecuencia mucho más baja de las que se habían detectado hasta ahora.
Además de la segunda señal intermitente, el CHIME detectó otras 13 ráfagas rápidas de radio, casi todas ellas dentro del rango de frecuencias entre 400 y 800 Mhz.
Extragalactic signal discovery! Canada’s #CHIME telescope detects second-ever repeating fast radio burst, a collaboration between #UofT @uoftartsci @ubc @mcgillu @nrc_cnrc @perimeter. 💫 https://t.co/pNSn8goz4U pic.twitter.com/02K1p7I22j
— University of Toronto (@UofT) January 9, 2019
Casi todas ellas también dieron señas de lo que se conoce como «dispersión», lo que revela cierta información acerca del entorno que rodea a la fuente de la onda de radio.
«El grado de dispersión observado por CHIME condujo al equipo a concluir que la fuente de las ráfagas rápidas de radio son poderosos objetos astrofísicos muy probablemente ubicados en locaciones con características especiales» asegura el informe de la Universidad de Toronto, involucrada en el proyecto CHIME.
El origen es muy probablemente de otra galaxia, muy alejada de la Vía Láctea.
Las diversas frecuencias observadas en las señales también son una pista importante para resolver el enigma.
«Ahora sabemos que la fuente de origen de esta energía produce ondas de radio de baja frecuencia que pueden escapar de su entorno y llegar a la Tierra sin demasiada dispersión como para ser detectadas» explicó otro investigador.
«Eso nos dice algo sobre la fuente y sobre su entorno. No hemos resuelto el problema, pero por lo menos tenemos bastante más piezas del rompecabezas».
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