Una gigantesca rana que vivió hace 70 millones de años en Madagascar, tenía una mordida lo suficientemente fuerte como para atrapar a pequeños dinosaurios, según revelan los expertos.
¿Una rana capaz de comer dinosaurios? ¡Aparentemente existió!

La rana Beelzebufo ampinga es la más grande que jamás ha vivido aunque tenía características similares a las ranas modernas Ceratophrys y los científicos han usado esas similitudes para descubrir más sobre la antigua especie.
Midiendo la mordedura de las especies

Las ranas Ceratophrys también son conocidas como ranas Pacman, debido a sus cuerpos redondos y sus bocas grandes. Suelen sentarse en silencio, agarrando con fuerza cualquier cosa que pase a su lado. Y utilizando su lengua pegajosa.
Los investigadores las estudiaron para poder determinar la fuerza de la mordedura de la rana extinta y publicaron sus hallazgos en la revista Scientific Reports.
Para hacerlo, utilizaron un transductor de fuerza a medida con dos placas cubiertas con cuero. Al morder, las placas son capaces de detectar con precisión la fuerza de la mordedura de las ranas.
Los expertos encontraron que la rana Ceratophrys, con un ancho de cabeza de 4,5 centímetros, tiene una fuerza de mordida de aproximadamente 3 kilogramos. Lo que permite que le permite a la rana que, luego de capturar a la presa con su lengua, pueda asegurar con firmeza el alimento que se mueve entre sus mandíbulas, impidiendo que se escape.
Estas ranas se diferencian de la gran mayoría, que suelen tener mandíbulas débiles y consumen pequeñas presas. La rana Pacman logra alimentarse de animales tan grandes como ella misma, como otras ranas, serpientes y roedores.
Un hallazgo sorprendente
El método que utilizaron los científicos para determinar la fuerza de mordida de estas ranas más grandes, uniendo la mordida al tamaño del cuerpo y de la cabeza, coincide con los resultados encontrados para otros animales como peces y reptiles.
Los expertos utilizaron el mismo mecanismo para escalar la fuerza de mordida para el tamaño de la boca de la rana Beelzebufo (de alrededor de 15 centímetros) y encontraron que tenía una fuerza de mordida de alrededor de 224 kg.
Esta medida es como la de una tortuga con una cabeza del mismo tamaño y es una fuerza capaz de fracturar un dedo humano. Lo que ha llevado a los expertos a creer que la rana habría sido capaz de morder a pequeños dinosaurios que compartían su hábitat. Increíble, ¿no?
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