¿Un Sahara de árboles para combatir el cambio climático?

Con un cambio climático amenazante que marcha a paso firme, la búsqueda de soluciones para poner un límite a su desarrollo es necesaria. En esta ocasión, un grupo de investigadores ha propuesto una solución no muy ortodoxa y a gran escala, la cual apela al mejor recurso para eliminar dióxido de carbono: los árboles.

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Leonard Ornstein y su equipo de investigadores publican en la revista Climatic Change un estudio en el que se plantea la alternativa de forestar todo el desierto del Sahara a la par de otras medidas de gran envergadura, para así limitar las emisiones de CO2 generadas por la humanidad, en un proyecto que no es tan descabellado como parece a priori.

Ornstein sostiene que si el Sahara y los desiertos interiores de Australia se utilizaran para plantar árboles de rápido crecimiento como los eucaliptos, podríamos reducir cerca de ocho billones de toneladas de carbono por año, casi tanto como lo que la humanidad emite quemando combustibles fósiles y bosques en el presente.

¿Pero cómo mantener semejante proyecto? Ornstein propone que a través de una irrigación techada (para evitar la evaporación del agua) se podría sustentar la necesidad de agua de los árboles. Para ello propone colocar plantas de desalinización en costas africanas y australianas, para así convertir agua de mar en agua fresca apta para el regadío.

Todo esto suena utópico y muy costoso. Y efectivamente lo es. Se requerirían dos trillones de dólares por año para mantener este sistema en funcionamiento. Sin embargo, esta suma que está proyectada para capturar las emisiones de las plantas energéticas; así que ¿por qué no recurrir a nuestros viejos amigos verdes?