Cuando la convivencia con nuestro compañero de viaje no es tan buena como quisiéramos, cualquier pequeña situación puede provocar un entredicho, especialmente si hablamos del altamente cotizado asiento al lado de la ventanilla. En Suiza evitaríamos el conflicto y hasta podríamos ceder nuestro lugar si tomamos algunos de los cinco trenes panorámicos.
Trenes panorámicos en la tierra de Heidi


El país que vio nacer y crecer a Roger Federer cuenta con varios recorridos en estos medios de transportes con el objeto de realzar aún más su gran belleza natural.Conocido como el expreso más lento del mundo, el Glacier Express nos lleva a recorrer el corazón de los Alpes suizos. El viaje dura 7 horas, comienza en Zermatt, lugar que nos sonará muy familiar gracias a las millones de fotografías de su montaña más famosa, Matterhorn.
Atraviesa 91 túneles, cruza 291 puentes y llega a su punto más alto en el Paso Oberalp a 2033 m de altura.
A lo largo de su trayecto podemos observar las maravillosas montañas con picos nevados, arroyos, pintorescos castillos y pueblos hasta llegar a St. Moritz, el centro de esquí favorito de ricos y famosos.

Otro tren con una panorámica espectacular es el Wilhelm Tell Express, que conecta la mítica y turística Lucerna con el cantón Ticino, en el sur de Suiza, limitando con Italia. El paseo incluye la vista de Lucerna a través de su célebre lago, para luego adentrarse en el increíble valle de Reuss con sus quebradas bien marcadas y sus magníficos acantilados. No todo se trata de naturaleza. Un gran ejemplo de ingeniería humana lo encontramos en este trayecto, ni más ni menos que el túnel más largo de Europa, el Gotthard en Göschenen, de 15 kilómetros de longitud.
Indudablemente, para hacer estos paseos más placenteros, necesitamos comprar un buen par de chocolates o un suntuoso pedazo de queso, sentarnos en nuestro asiento y dejarnos asombrar por las maravillosas tierras de Heidi y su amigo Pedro.







