Tan bellos como prejuiciosos ¿los perros pueden ser racistas?

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Solo miren esa cara, es imposible pensar que un perro tenga algo de maldad en su interior. Sin embargo, hay algunos que actúan diferente frente a una persona con un color de piel distinto a la de su dueño, o que hasta reaccionan con violencia.

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Puede que detrás de esos ojos de cachorro y forma de peluche se esconda un racista de cuatro patas, pero ¿por qué ocurre esto?

Según los psicólogos de animales los perros que son «racistas» lo son por la misma razón que los seres humanos: porque lo aprendieron. Los perros son incapaces de comprender las complejidades de la sociedad, no tienen idea de los derechos civiles, no saben quién fue Martin Luther King, lo único que conocen es lo que su dueño hace y ellos tienden a imitarlo, como los niños.

Entre el aprendizaje y la protección

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Según  Linda Michaels, psicóloga de perros, tu mascota puede actuar de forma racista por dos razones: no socializó lo suficiente con personas con colores de piel distinta a la de sus dueños, o asocia a esas personas con un evento traumático de su vida, lo que los lleva a generalizar a todos.

Sea cual sea la razón, si tu perro tiene esas actitudes tan bochornosas puede que lo esté haciendo para protegerte. Según los expertos, nuestros perros creen que somos pésimos líderes de nuestras manadas (por eso nuestros gatos nos dejan ratas y pájaros en la puerta de la casa, no creen que somos capaces de cazar por nuestra cuenta) y se ven con la responsabilidad de protegernos. 

Las amenazas son, para ellos, todas aquellas cosas que asocian con algo negativo y lo desconocido. En otras palabras, si tienes piel oscura y tu perro nunca ha socializado con alguien rubio, por ejemplo, puede que no lo registre como un humano amigable, sino como algo desconocido y amenazador. 

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Los perros y las personas se vuelven racistas por las mismas razones: ignorancia y miedo. Pero como con las personas, nosotros podemos enseñarle a un perro discriminador a cambiar, necesitas paciencia, pero es posible. Esto es lo que puedes hacer según los expertos:

La socialización es la clave

Es lo mismo que con las personas: si están expuestos a la diversidad van a ser más tolerantes. Si tu perro ya asocia a las personas diferentes a ti como algo amenazador, entonces lo mejor será presentárselas de forma gradual, así se irá habituando a ellas y ya no las verá como una amenaza.

Él no es tu líder

Para  Suzi Schaefers, la clave está en que tu perro deje de pensar que tiene que protegerte y para eso debes recordarle que el líder de la manada eres tú, no él. Según ella «algo tan simple como acariciar a tu perro cuando él quiere reduce tu estatus de líder. 

El perro no solo está siendo premiado por demandar tu atención, si no que esa actitud crea un falso sentimiento de dominancia sobre su dueño. (...) Si tu perro no te ve como su líder no va a confiar en tu juicio, tu habilidad de tomar decisiones o la de controlar tu entorno, que incluye a otras personas sin importar su raza. Así el perro aprenderá a seguir sus instintos y no tus deseos.

Corrige su comportamiento

La próxima vez que veas a tu perro actuando de esa manera, llama su atención con un chiflido, o llévalo hacia otro lugar, de esa forma le demostrarás que ese comportamiento no es aceptable.

Vale aclarar que estas cosas no solo dependen del color de piel, un perro que tiene una dueña que no confía en los hombres puede terminar comportándose de manera defensiva cuando se enfrenta a uno. O también puede ocurrir lo mismo con personas mayores, o con niños, básicamente con cualquiera que se vea distinto a su dueño, ellos no tienen la culpa y solo buscan protegernos, pero a nadie le gustan los racistas.