Salem, una ciudad sin mucho que mostrar

Salem es la capital y segunda ciudad más grande del estado de Oregon, al noroeste de los Estados Unidos. Llegar a ella es muy fácil por la autopista y podemos también tomar un vuelo hasta la cercana y mayor Portland y luego si viajar por tierra hasta nuestro destino. Su nombre deriva de la palabra hebrea "shalom", que significa "paz". Y esto es justamente lo único que encontrarás allí.

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Esta ciudad que tiene tomando en cuenta su área metropolitana alrededor de 350 mil habitantes, tiene una muy eficaz oferta para atender al turista. Los servicios en hoteles y restaurantes suelen ser muy buenos pero carecen por lo general (especialmente los restaurantes y los albergues) de atmósfera o algún toque pintoresco.

Habiendo conseguido dónde quedarnos, probablemente nos llevará más tiempo encontrar qué hacer, que hacerlo en sí. Salem carece de grandes atractivos y los paseos más disputables no son tan fáciles de encontrar. Y ni siquiera es la ciudad de las famosas cacerías de brujas (esa Salem queda en Massachusetts).

Por ejemplo, la gran mayoría de museos y centros culturales de la ciudad son bastante aburridos y no tienen grandes contenidos artísticos. También el “barrio histórico” de la ciudad no es tan histórico como debería y los edificios que más llaman la atención se quedan chicos al lado de los principales edificios de otras ciudades.

Los paseos más agradables en esta tranquila y neutra ciudad los podemos encontrar en los encantadores parques de la ciudad, de hecho muy bien cuidados y lo suficientemente grandes para perdernos bajo algún árbol y disfrutar de un picnic. También a veces desde las universidades que rodean la ciudad llega alguna propuesta cultural u artística interesante. Ni blanco ni negro: en salem todo parece bastante gris.

Salem es un lugar dónde todo es bastante tranquilo pero dónde no hay mucho lugar para el visitante, quién en uno o dos días puede marcharse sin temer haberse perdido de algo bueno.