¿Por qué hay personas a las que les atrae el peligro? Esta es la explicación científica

Hay personas que aman saltar de acantilados, escalar con extraños o hacer deportes realmente extremos, al mismo tiempo que hay personas que odian los riesgos, evitan los deportes riesgosos y hasta las montañas rusas.

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Sin duda tiene que haber algo en común entre los amantes del peligro, un gen especial, la forma crianza o incluso la estructura del cerebro podrían tener algo que ver...

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Para la psicología hay un término específico para aquellos que buscan la adrenalina y lo nuevo, lo llaman « búsqueda de la novedad» y es la preferencia por lo inesperado y lo nuevo. Suelen ser personas que se aburren con facilidad y que tienden a ser impulsivas. Esas nuevas experiencias le brindan una serie de químicos de placer que estimulan el cerebro.

La llamada búsqueda de la novedad, es un rasgo de carácter que se relaciona con una actividad de dopamina estimulada por la recompensa y la búsqueda de emociones. Si bien todos de cierta manera buscamos sentir cosas nuevas y salir de la rutina, el comportamiento extremo de la búsqueda por la novedad, puede derivar en lesiones graves.

¿Cuál es la razón de sentir atracción por el peligro?

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Al parecer, la respuesta es la dopamina, que es usada por las neuronas para transmitir mensajes a otras neuronas y es considerada el químico de placer del cerebro.

La dopamina se encuentra en la base del cerebro y envía proyecciones a las regiones del cerebro cuando se libera la molécula de dopamina, y tiene que ver con el control de la acción, la cognición y la recompensa.

Estudios han demostrado que el sistema de dopamina se puede activar por experiencias gratificantes como consumir drogas, comer o tener relaciones sexuales.

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Incluso un estudio realizado a pacientes con la enfermedad de Parkinson que se encontraban influenciados por drogas que estimulaban los receptores de dopamina, demostró que el 17 % mostraba comportamientos adictivos inesperados (desde apuestas hasta compras compulsivas) y que esos mismos pacientes buscaban más riesgos. El estudio reveló que un sistema de dopamina activo puede hacer que el individuo quiera tomar esos riesgos.

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Otro estudio sobre riesgo anticipado demostró que la expectativa de ganar aumenta la dopamina, mientras que la expectativa de perder la disminuye.

Algunos estudios han encontrado que las personas con un receptor de dopamina determinado, tienden a buscar la adrenalina. Este gen variable también es asociado a una mayor respuesta a recompensas inesperadas, haciendo que esa emoción inesperada sea aún más emocionante.

Sin embargo, la crianza también puede tener su impacto, ya que los adolescentes tienden a tomar más riesgos, sobre todo porque sus cerebros se están desarrollando y tienden a ser más susceptible a la presión de sus pares.

La inconsistencia del ser humano

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Lo cierto es que a pesar de que nuestro gen puede influenciar si somos valientes o miedosos, el comportamiento del ser humano varía y podemos animarnos a hacer algo arriesgado un día y algo seguro al otro.

Por lo general, el individuo se siente más atraído a tomar riesgos cuando tiene una recompensa monetaria o social.

En el caso de las personas que disfrutan del peligro o tienen desórdenes adictivos, presentan diferentes tendencias de riesgos. Los consumidores patológicos de comida, alcohol o drogas, buscan riesgos por la recompensa y la sensación.

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También se ha demostrado que nuevos contextos pueden aumentar los comportamientos de toma de riesgo, lo que comprueba por qué tendemos a ser más arriesgados en vacaciones, por ejemplo.

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Un  estudio demostró que las personas que tienen una mayor actividad cerebral en el núcleo estriado, una región implicada en la liberación de dopamina, tienden a optar por las elecciones más arriesgadas.

Sin duda el mundo de los riesgos y la adrenalina puede ser complejo, pero las personas que sienten esa atracción por el peligro también permiten que la sociedad entera pueda conocer nuevas cosas.