Han pasado varias décadas desde que la NASA dejó de enviar las misiones Apolo a la Luna y otros planetas del Sistema Solar. Sin embargo, todavía se siguen estudiando los datos obtenidos y según los últimos descubrimientos, la formación de nuestro satélite natural debió causar una enorme conmoción en la Tierra.
Nuevos estudios demuestran que el nacimiento de la Luna vaporizó gran parte de la Tierra


La hipótesis más segura afirma que el nacimiento de la Luna se debió a un choque entre la Tierra en sus primeros años de formación y un planeta del tamaño de Marte bautizado como Theia. Los restos y desechos ocasionados por la colisión crearon nuestro actual satélite.
Este hecho explicaría el enorme tamaño de la Luna con respecto a la Tierra y los ratios de rotación de los cuerpos, pero no son las únicas evidencias que han encontrado los científicos.
- Descubre otras teorías en el interesante artículo: «5 teorías sobre cómo se formó la Luna»
Formación de la Luna

En los últimos años los estudios han revelado que las rocas terrestres y lunares tienen mucho en común. Ambas poseen muchos isótopos químicos iguales. Esta es una de las hipótesis que sostiene el origen común de la Luna y la Tierra, pues en otras partes del Sistema Solar dichos isótopos poseen composiciones diferentes.
Según estudios que han realizado simulaciones computarizadas, entre el 60 % y el 80 % del material integrado en la Luna provino de Theia, de ahí las diferencias que existen en combinación con las similitudes... ¿o tal vez no?
Nuevas ideas sobre el gran impacto

Los estudios recientes buscan explicar que la Luna pudo crearse con gran parte del material que constituye la Tierra, más que el que formaba Theia. El modelo original del gran impacto sugería una colisión de baja energía que pulverizó parte de la Tierra y Theia al completo, enviando los escombros al espacio.
Pero un nuevo modelo añade la posible existencia de una atmósfera de vapor de silicato alrededor de nuestro mundo que ayudaría a la formación lunar.
Otro nuevo modelo sugiere que el impacto fue de gran energía, tan violento que vaporizó Theia y gran parte de la Tierra, incluido el manto del planeta, la región sobre el núcleo. Este hecho provocaría un denso vapor atmosférico que ocupó un espacio 500 veces más grande de lo que es nuestro mundo. La mayor parte de este material volvería a caer, pero otra formaría la Luna.
- Aprende más sobre el gran impacto: «¿Qué es la teoría del gran impacto?»
El modelo más acertado sobre la formación lunar

Para establecer el modelo más acertado, los científicos están comparando el isótopo potásico que se encuentra en las rocas terrestres del manto y en las que las misiones Apolo 11, 12, 14 y 16 trajeron a nuestro mundo. Los investigadores han desarrollado un método para analizar los isótopos potásicos con una precisión 10 veces mayor que otras técnicas.
Gracias a esta metodología, se ha descubierto que las rocas lunares son 0.4 partes por mil más ricas que las terrestres en potasio-41, el más pesado de cuantos hay en el isótopo de potasio. Es decir, que este descubrimiento sustentaría el modelo del impacto de alta energía entre la Tierra y Theia, que mantiene también que las rocas lunares debería poseer más isótopos pesados que las terrestres.
No obstante, estos datos están por confirmar. Pero sea como fuere, cada día sabemos más sobre nuestra querida Luna, y es evidente que tenemos mucho más en común de lo que a priori algunos creían.
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