Ningún país se está tomando en serio el cambio climático

El 12 de diciembre de 2015, en París, 195 países acordaron una histórica acción para combatir el cambio climático, implementando medidas que ayuden a reducir las emisiones de carbono. La idea primordial es conseguir mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centígrados, preferiblemente a menos de 1.5 grados, que sería una línea defensiva mucho más segura.

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Esto pareciera ser supremamente simple: En cien años debemos evitar que la temperatura de la Tierra aumente 2ºC, reduciendo las emisiones de CO2. Y sin embargo, casi un año después, literalmente ninguno de los países que firmaron el acuerdo está haciendo absolutamente nada para conseguir la meta.

Se trata de un problema político, porque ahí es donde necesita darse el empuje inicial. Deben aprobarse políticas y quizás leyes que aseguren el cambio. La comunidad científica está cansada de presentar estudios y presionar por la urgencia de la situación.

No estamos hablando de que simplemente va a hacer mucho más calor a partir de ahora y ya. Aunque eso es bastante malo de por sí. Pero la situación es mucho más grave, porque ese aumento de temperatura tiene un impacto monumental en el ecosistema.

Esto quiere decir que los cambios no se limitarán a más gente, como yo, quejándose constantemente por el calor. Sino que afectará los cultivos, la cantidad de agua dulce disponible, la flora, la fauna.

Si creen que la situación de inmigración es caótica ahora, con la crisis de los refugiados de guerra, esperen a que sea por la crisis alimentaria o sequía. La humanidad está en peligro inminente.

Claro, inminente quiere decir que será en unos buenos años, quizás un siglo, o más. Por lo que muchos se lavan las manos, al mejor estilo Pilatos, aliviados de que no les tocará a ellos, y posiblemente tampoco a sus hijos. Pero, vaya legado.

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Es curioso como la avaricia consigue usar todo su poder para enterrar este asunto. Los políticos más conservadores suelen ser los más reacios a reconocer la situación. Hablamos de personas que tienen problemas aceptando los estudios de la comunidad científica por aquello de "ver para creer", pero no tiene inconvenientes en creerse las palabras de un libro antiguo a ciegas.

Sí, combatir el cambio climático requiere abandonar la industria de combustibles fósiles, que es la que mueve al mundo. Esto es un problema para las poderosas compañías, sus inversores y los políticos que reciben buenos fajos de billetes para apoyarles.

Es decir, llevar una vida más ecológica no parece tan aterrador como proponer guerras y sin embargo aquí estamos. Esto es porque la industria bélica es otra de las más prolíficas del mundo.

Así que tenemos tres opciones:

#1 Eliminar las emisiones de carbono por completo

En caso de que falle el plan, que requiere reducir masivamente las emisiones de CO2 que producimos a diario, la solución para evitar un potencialmente mortal calentamiento global sería eliminar estas emisiones por completo, por al menos dos décadas.

Esto no solo parece absurdo, considerando que no fuimos capaces de reducirlas, menos acabarlas. Sino que representaría un tremendo impacto negativo en la economía global, de golpe.

#2 Hacerlo paulatinamente

Nuestra segunda opción es comenzar inmediatamente a reducir estas emisiones de carbono gradualmente hasta que lleguemos al punto eventual de eliminarlas por completo, al tiempo que desarrollamos la tecnología que nos permita enterrar el carbono que ya tenemos en la atmósfera.

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#3 No hacer nada

La tercera opción es lo que estamos haciendo, ignorar el acuerdo firmado, y permitir que las temperaturas aumenten hasta 3 o 4 grados centígrados, que provocará una catástrofe global de la que será imposible recuperarnos.

Eso es todo, o hacemos algo ya, o tomamos medidas drásticas en el futuro cercano o condenamos a la humanidad.