En este nuevo estudio de la Universidad de California, en Davis, los científicos estudiaron uno de sus comportamientos más extraños de nuestros amigos de cuatro patas: comer excrementos.
Muchos perros comen sus excrementos: ¿el tuyo es uno de ellos?


La cantidad de perros con este hábito
En el comienzo del estudio, los científicos hicieron una especie de encuesta, con el fin de obtener números exactos acerca de la cantidad de canes que comen sus propios excrementos. Con los criterios de la encuesta, solo el 16 % de los perros entraron en este grupo. Entre ellos, un 62 % lo hace de forma diaria, frente al 38 % que lo hace de forma semanal.
Como dato revelador, no se encontraron demasiadas diferencias entre los perros que comen sus excrementos y los que no. Es decir, no hubo un factor de edad, raza, sexo, castración o nivel económico. En resumen, nadie está a salvo: muchos perros comen su materia fecal y el tuyo podría ser uno de ellos.

El factor determinante
Si bien la población de caninos que adopta este hábito no mostró demasiadas características en común, los científicos encontraron un curioso detalle, quizás determinante a la hora de detectar a los caninos que se alimentan de sus excrementos. La mayoría de ellos viven en casas en donde hay otros perros, al menos según los datos de la encuesta.
En este sentido, los especialistas aventuraron un par de teorías. Por un lado, podría deberse a que existe más variedad para elegir o más cantidad para comer. Es decir, más excrementos para todos. Por otra parte, podría deberse a un comportamiento aprendido: los que no comen materia fecal podrían comenzar a hacerlo cuando ven a los demás comiendo.

La mano de la evolución
También existe una tercera teoría, basada en otro detalle. Básicamente, el 85 % de los perros mostró preferencia por la materia fecal fresca de no más de 2 días. Ahora, hará falta estudios en lobos u otros animales similares. Si este detalle se confirmara en otras especies, los científicos podrían proponer que se trata de una cuestión evolutiva.
En resumen, los animales habrían desarrollado el deseo de comer excrementos frescos para quitarlos del ambiente como una forma de evitar las infecciones parasitarias, cuando los humanos no estábamos detrás de ellos recogiendo los deshechos.
Finalmente, los científicos tampoco descartan que todo se trate de una forma de obtener nutrientes. Bien, no es sencillo para nosotros, los humanos, entender a la caca como una masa de valioso valor nutricional. Pero la madre naturaleza es sabia. Y los perros quizás la vean de ese modo.

Nada puedes hacer para evitarlo
Los científicos han señalado que no podemos hacer nada para impedir que nuestros amigos peludos coman excrementos. Es decir, podrías intentar limpiarla cada vez que hacen, pero si te distrajeras un minuto, se la comerían de todas formas.
Los especialistas también estudiaron diversas tabletas del mercado pensadas para evitar esto, pero la efectividad no superó el 2 %. También podrías intentar con el conductismo, pero solo lograrás que el perro se la coma a escondidas.
En conclusión, comer excrementos es natural en muchos animales, y si los queremos, debemos aceptarlos con ese detalle incluido.
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