En los últimos años, con el descubrimiento de miles de exoplanetas, la llegada a Plutón y la exploración de Marte o Europa, parece que ha resurgido cierta fiebre por publicar el primer contacto extraterrestre. Sin embargo, por más estudios que se hacen, los alienígenas nunca son la respuesta.
Los alienígenas nunca son la respuesta


Es lógico pensar que ciertos fenómenos para los que no tenemos respuesta puedan estar motivados por una interacción extraterrestre. Lo que antaño eran dioses, ahora son aliens. Sin embargo, aun no tenemos una sola prueba sólida de que estemos acompañados en este inmenso universo.
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La fiebre por el contacto alienígena

Es verdad que cada cierto tiempo nos hacemos eco de una señal de radio extraña o algún estudio que insinúa que un fenómeno podría estar provocado por una civilización alienígena. No olvidemos de la megaestructura alien, por ejemplo.
Y esto se produce al hablar del ámbito académico. Si entramos en el campo de los OVNIS y las teorías de la conspiración, las hipótesis y elucubraciones son infinitas.
¿Qué está pasando realmente? Es cierto que la raza humana, como especie curiosa, tenemos ganas de poder encontrar el primer vestigio de vida alienígena. Pero si estudiamos los fenómenos cósmicos que más nos han llamado la atención en los últimos años, solo encontramos una sucesión interminable de falsas alarmas.
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Púlsars

Los pulsars parecían faros espaciales que simulaban una señal de una civilización extraterrestre avanzada buscando un contacto. Así lo creyeron muchos en los años 60, cuando se encontraron los primeros. Su cadencia regular era muy llamativa, como si fuese artificial. Sin embargo, el tiempo y la investigación demostraron que eran estrellas de neutrones con poderosos campos magnéticos. Sí que eran faros cósmicos, pero no creados por una civilización avanzada.
La señal de radio Wow!

Otro hito en la búsqueda de vida extraterrestre fue la señal de radio Wow!, recibida por el gran radio telescopio del SETI. Sin embargo, por más que buscaron posibles explicaciones artificiales pensando que sus 72 segundos de duración pudieran ser de origen premeditado, se descubrió que no, que fue una transición de giro de los electrones de hidrógeno.
Y así podríamos estar durante horas y horas, buscando señales como los Perytons, la megaestructura alien y otros muchos fenómenos que investigadores y amantes de lo oculto quieren ver como el ansiado contacto con otra civilización extraterrestre, pero que hoy en día, con los medios de observación que tenemos, ni podemos demostrar, ni nos muestran que no tengan una explicación lógica más allá de las propias leyes físicas del universo.
Es evidente que por más que especulemos, los aliens nunca son la respuesta. Es prácticamente seguro que un día si la serán, pero para eso pueden quedar meses, años o incluso siglos. De momento, hemos de buscar otras hipótesis, y la cruda realidad es que casi siempre hay una explicación lógica y física para comprender todos los fenómenos anormales que observamos.
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