Los 6 trabajos más detestados de la antigüedad

Algunos eran muy peligrosos y otros francamente asquerosos.

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1. Estilista

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Cuando una dama romana quería un color oscuro en su cabellera, la estilista lo conseguía mezclando bilis con sanguijuelas podridas y tinta de calamar. Si el tono deseado por la señora era rubio, las desdichadas peluqueras tenían que combinar caca de paloma con ceniza, rogando a los dioses que el compuesto no quedara demasiado fétido.

2. Virgen Vestal

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La virginidad era el requisito laboral más importante para el cargo de Virgen Vestal en la antigua Roma. Estas chicas debían velar porque la llama del templo de la diosa Vesta se mantuviera encendida y se jubilaban tras 30 años de castos servicios. Si perdían la inocencia, eran enterradas vivas. Las perezosas eran azotadas hasta sangrar y dejar que el fuego se extinguiera por descuido era síntoma de haber perdido la virginidad.

3. Dentista

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Los dentistas de la Roma antigua sufrían tanto como los romanos con la dentadura cariada. Los paisanos de Nerón pertenecientes a la clase alta eran muy dados a comer con gula en banquetes diarios y frecuentemente vomitaban para seguir empacando. Por añadidura, les gustaba mucho el pescado, el vino y no se cepillaban los dientes. Las limpiezas dentales eran un asco para el odontólogo; ello suponiendo que el senador o el general no se irritara por una punzada repentina.

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4. Remero

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Los barcos de guerra ligeros de la antigüedad eran a remo. La mayoría de los remeros eran esclavos, pero estaban bien alimentados para asegurar que los barcos se movieran velozmente. El problema es que los oficiales al mando siempre querían llegar rápido a destino, sobre todo si estaban huyendo, y el remero que se detuviera o que retrasara la marcha recibía sus buenos azotes.

5. Depilador de axilas

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Los griegos eran muy aficionados a los deportes; no en balde inventaron los juegos olímpicos. Diariamente sudaban a mares en sus prácticas deportivas y no usaban desodorantes, pero a cambio se acostumbraron a ponerse en manos de un depilador, cuyo trabajo era arrancar los pelos axilares.

6. Degustador

Antes del invento de las armas de fuego, matar sorpresivamente a una persona que tuviera un buen equipo de protección era muy complicado. El recurso más empleado era el envenenamiento y aquí era donde entraban los abnegados servicios prestados por los degustadores. Su trabajo consistía en probar antes todo lo que iban a comer y a beber sus señores. Una manera muy angustiante de vivir de banquete en banquete.