Instantáneamente, la mayoría de nosotros tendemos a relacionar las malas notas de los niños en la escuela con una baja inteligencia, una dificultad en el aprendizaje o un déficit atencional. Sin embargo, nuevos estudios realizados en el Reino Unido nos dan cuenta de lo errados que solemos estar.
Las malas notas, la memoria y la inteligencia

El magro rendimiento de un niño en la escuela se debe, las más de las veces, a la mala memoria. El componente principal en juego es la memoria de trabajo, la capacidad para retener información de forma temporal, que agiliza el proceso de aprendizaje al permitirnos incorporar técnicas y metodologías para hacer las cosas.
Los niños que poseen problemas de memoria presentan aparejado un problema a la hora de aprender con los métodos tradicionales de enseñanza, que premian la memoria en desmedro de la inteligencia y otras cualidades.
En una encuesta realizada a 3.000 escolares, se concluyó que u n 10% poseían dificultades relacionadas con una mala memoria de trabajo, los mismos niños en los cuáles, los maestros reconocían dificultades de aprendizaje, mal comportamiento, escasa inteligencia y déficits atencionales.
Ahí es donde nos preguntamos, ¿Dónde está verdaderamente el problema? Sin duda alguna, la respuesta radica en las metodologías empleadas para brindar educación a esos niños y no en su capacidad, que por más que cuenten con una escasa dotación en memoria, su inteligencia puede ser muy desarrollada y aún así, el sistema educativo no lo reconoce.
Vía | La Flecha









