Cuando se publica una noticia sobre que tal o cual alimento es de origen transgénico la sociedad reacciona de una manera más o menos así: "¡Nooo! ¡No puede ser posible! ¡Quítenmelo de encima! ¡QUÍTENMELO!".
La verdad detrás de los transgénicos: ¿son tan terribles como creemos?

Bueno, eso es una exageración, pero es cierto que la palabra "transgénico" tiene una connotación negativa en la actualidad. Pero, ¿a poco los transgénicos sí serán tan malos como se dice? Y si sí, ¿por qué?
¿Qué es un transgénico?

Un transgénico es un organismo que recibió parte del material genético (ADN) de otro organismo a través de métodos de laboratorio. Aunque asociamos el término "transgénico" con la era moderna, el intercambio de genes se da de manera natural en la evolución de los seres vivos. La humanidad también ha recurrido a estas modificaciones sin necesidad de un equipamiento sofisticado, como cuando se crearon diferentes razas de perros a partir de la cruza de las ya existentes.
Es importante reconocer que "transgénico" no es un sinónimo de "organismo genéticamente modificado" (OGM), como señaló el doctor Manuel Humberto Reyes, investigador del Departamento de Fitomejoramiento de la UAAAN.
Un OGM es un organismo vivo cuyo material genético se obtuvo mediante el uso de ingeniería genética. Es decir, en un transgénico se agregan genes a unos ya existentes, mientras que en un OGM se modifica la genética del organismo. Los transgénicos pueden ser considerados como una clase de OGM, pero no todos los OGM son transgénicos.
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Los transgénicos no están sólo en la comida

En la actualidad, más de 1,5000 medicamentos son producidos por organismos transgénicos, de acuerdo con el doctor Raúl Rodríguez Herrera, investigador del Departamento de Investigación en Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Uadec . Incluida la insulina que se administra a los pacientes diabéticos.
También existen bacterias transgénicas que son capaces de degradar petróleo, lo cual es de enorme utilidad en caso de derrames. Hasta sirven para crear un súper chapopote que mejora la calidad de los caminos construidos, de acuerdo con información del CONACYT.
¿Entonces los transgénicos son buenos o malos?

La respuesta a esa pregunta es ambos. O ninguno. En palabras del doctor Rodríguez Herrera:
"Depende de muchos factores, no me atrevería a decir que el 100 por ciento de los organismos transgénicos son buenos ni el 100 por ciento son malos. Es similar a las medicinas, asumimos que todas son buenas y, sin embargo, ejemplos como la penicilina que ha salvado a millones de personas, si se la damos a una persona alérgica a ella, la matamos".
La gran ventaja de los transgénicos es que, al pasar por este proceso de "mejoramiento" genético, es posible darle cualidades a un organismo que antes no tenía. Por ejemplo, aumentar el valor nutricional de algunos alimentos, así como su resistencia a las plagas.
La gran desventaja de ellos es que la mezcla de los genes tiene el potencial de crear efectos adversos, como alergias o el desarrollo de malezas resistentes a los herbicidas. Debido a esta incertidumbre es necesario que un transgénico cumpla una serie de reglas estrictas antes de ser autorizado y liberado al público.
El problema de los transgénicos es que su potencial puede ser peligroso en manos equivocadas (como le pasó a Einstein con la bomba atómica) o en manos inexpertas.









