La ruta del vino de la Ribera del Duero.
Al norte en España, en la provincia de Burgos encontraremos una ruta que acompaña el curso del río Duero y que es famosa por su oferta e bodegas y vinos. que hacen que el amante de esta bebida se pierda en sus caminos y rincones y conozca mucho más sobre la elaboración y la catación del vino.
Llegar a esta región de España es muy fácil pues todo el país tiene un muy buena red de carreteras. Ahora, llegemos en lo que llegemos, en Aranda de Duero, ciudad que tomaremos como punto de partida de este viaje, debemos hacernos de un coche para poder elegir el destino y el tiempo preciso para cada tramo. De todas formas siempre hay excursiones grupales en autobúses pero estas no son del todo recomendables, pues nos atan a un determinado horario y a un determinado trayecto.
Dentro de las varias bodegas de Denominación de Origen (D.O.) cercanas a esta ciudad hay una antigua, que data del siglo XVII que está completamente bajo tierra y tiene un encanto especial, que otras bodegas más modernas ya han perdido. Sin embargo, en estas últimas podremos hacernos de mucha más información sobre los distintos procesos del vino y podremos catar a gusto hasta distinguir los distintos aromas y sabores de cada variedad.
Por ruta al oeste de Aranda del Duero, encontraremos el poblado de Peñafiel, dónde en castillo espectacular nos dará el ambiente perfecto para pasar una tarde disfrutando de un buen vino a la sombra de algún árbol. Luego, al día siguiente o en la misma tarde podremos ir a la pequeña comarca de Sotillo de la Ribera, un encantador poblado dónde aprenderemos más sobre la vid y sus cuidados.
En Peñarada y principalmente en la ciudad romana de Clunia, el visitante podrá disfrutar de una arquitectura impresionante en lo que respecta a castillos, fuertes e iglesias. Además, siempre hay campos verdes en las comarcas con establecimientos y bodegas abiertos al público, dónde generalmente hay un espacio para la cata.
Por último en Roa, es donde les acosejo detenerse a degustar la gastronomía típica de la zona (claro que siempre un buen plato irá acompañado de un buen vinito) con chazinados, embutidos y un lechazo churro, el plato más característico de la región. Todo delicioso pero no apto para estómagos sensibles.
El itinerario es bueno marcarselo uno mismo, llevar nuestro coche o rentar uno y emprender el viaje con amigos o en pareja. La mejor época para hacer el viaje por lo agradable de sus temperaturas es la primavera, cuando las brisas de la tarde recorren los campos y nos sorprenden bajo un álamo en plena siesta, aún con el gusto de un buen vino en los labios.
Con un fin de semana nos alcanzará más que bien para recorrer la zona y disfrutar del paisaje y el buen vino. Eso sí, la bebida y el automóvil suelen no llevarse muy bien así que cuando tomeis unas copas de más debeis esperar un rato para conducir. Para pasar la noche cada poblado tiene su pequeña oferta en hoteles y moteles por lo que no tendrais problema.
Esta ruta se presenta atractiva entre vinos, bodegas e historias que se prestan al turista quien quedará sorprendido por la cultura y la tradición de ésta región española.
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