A principios de este año, la comunidad científica se estremeció con los hallazgos del rover Curiosity en la superficie marciana. Luego de cuatro décadas de investigación, por fin se habían descubierto la presencia de moléculas orgánicas, el primer indicio de vida en Marte.
La NASA descubrió pruebas de vida en Marte hace 40 años pero fueron quemadas

Ahora, la pregunta es: ¿por qué las anteriores expediciones no habían podido encontrar estas pruebas de vida si la superficie marciana está siendo explorada desde 1976? La respuesta es en realidad muy sencilla: las evidencias siempre estuvieron solo que fueron incineradas por las expediciones anteriores.
Sí, lo sé, suena a una conspiración o una película de terror, pero en realidad no era la intención de la NASA quemar estas pruebas, solo fue una desafortunada casualidad ocasionada por la composición química del suelo marciano.

Según una publicación del Journal of Geophysical Research, las muestras tomadas por las sondas Viking 1 y Viking 2 a fines de la década del 70 fueron calentadas a más de 500 ºC para liberar compuestos orgánicos volátiles que pudieran haber quedado impregnados.
Teóricamente, esto permitiría la detección de carbono, sin embargo la NASA no contaba con que el suelo marciano estaba impregnado por un combustible hiperinflamable que destruye el carbono.
En 2008, el rover Phoenix descubrió que el suelo marciano está cubierto de perclorato, una sal bastante inusual y altamente combustible (se utiliza para la propulsión de cohetes). Esto ocasionó que en los años 70 cuando las sondas Viking calentaron las muestras, todas las moléculas de carbono presentes fueran incineradas, algo que nos llevó a creer que la superficie marciana era completamente estéril durante más de 40 años.
Una casualidad bastante desafortunada para la ciencia, por cierto.
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