Para algunas personas dormir es una pérdida de tiempo, mientras que para otras, el descanso es clave para funcionar durante el día.
La ciencia revela cuántas horas de sueño son realmente necesarias

Pero ¿qué dice la ciencia? Al parecer depende de qué tan bien quieres que funcione tu cerebro.
Especialistas han revelado que el sueño juega un papel clave en el funcionamiento de casi todos los sistemas de órganos en el cuerpo. La calidad de nuestro sueño afecta directamente la salud mental y física y la calidad de vida, alterando la productividad, el equilibrio emocional, la salud del cerebro y del corazón, el sistema inmunológico, la vitalidad y hasta el peso.
De chicos tendemos a dormir más, mientras que de ancianos las horas de sueño disminuyen notoriamente. A su vez, en la adultez, llevar un horario ocupado o tener ciertas responsabilidades con las que cumplir también alteran nuestras horas de sueño. ¿Pero cuántas horas de sueño son realmente necesarias?
Las míticas ocho horas

Como yo, seguro tu también has escuchado que la cantidad ideal de sueño son ocho horas. Según la ciencia, esta cifra no es arbitraria, sino que es la cantidad que nuestro cuerpo anhela.
En una serie de experimentos, el equipo de especialistas llevó a quienes participaron del estudio a un laboratorio de luz solar y los sometieron a otras señales visuales. Durante la noche les dieron les dieron nueve horas para dormir, durante varias semanas. Pero los resultados demostraban que los humanos pasaban un promedio de ocho horas alcanzando su descanso necesario.
La teoría de las ocho horas esta respaldada desde 1938 cuando un investigador del sueño llamado Nathaniel Kleitman y uno de sus estudiantes vivieron 32 días en una de las cuevas más largas y profundas del mundo: la cueva de mammoth en Kentucky, que no cuenta con ninguna entrada de luz solar.
Al analizar sus patrones de sueño, pudieron ver que dormían entre ocho y ocho horas y media por noche.
Estos estudios demuestran que las ocho horas de sueño realmente son necesarias para nuestro organismo.
¿Y si son menos?

Los cierto es que la gran mayoría de las personas no logra alcanzar esa cantidad de sueño o al menos no todos los días. ¿Qué pasa entonces con nuestro cuerpo?
Los investigadores del sueño, David Dinges y Gregory Belenky, de la Universidad de Pennsylvania y el Walter Reed Army Research Institute (respectivamente) realizaron estudios acerca de las consecuencias de la privación de sueño.
La idea de su investigación era averiguar el poco sueño que una persona podía tener sin afectar su desempeño cognitivo.
Para ello realizaron dos experimentos en los que privaron a de varias horas de sueño durante dos semanas a quienes participaron.
Antes de empezar, el equipo de investigación permitió que quienes participaban recibieran ocho horas de sueño y luego realizaron una serie de pruebas para tener una base del rendimiento cognitivo normal de cada participante.
Se establecieron cuatro grupos, a uno se le permitieron ocho horas de sueño durante dos semanas, otro seis horas, otro cuatro y el último grupo recibió cero horas de sueño por hasta tres días seguidos.
El equipo de especialistas revelaó que una noche sin dormir es el equivalente cognitivo de estar legalmente borracho.
El grupo que recibió las ocho horas de sueño no sufrió casi cambios en su desempeño cognitivo. Y después de 10 días, aquellos que habían dormido seis horas cada noche fueron cognitivamente afectados como los que pasaron una noche sin dormir.
En el caso de los que durmieron cuatro horas, a los tres días ya alcanzaron el mismo nivel de deterioro.
La investigación demuestra que todos necesitamos ocho horas diarias de sueño sin excepciones para no sufrir ningún tipo de deterioro cognitivo.
¿Podemos recuperar el sueño perdido?

La realidad es que con el ritmo de vida actual es muy difícil alcanzar las ocho horas de sueño durante la semana. ¿Podemos recuperar ese sueño perdido durante los fines de semana?
El equipo de especialistas también se encargó de investigar esto y después del experimento anterior se les dio a quienes participaban tres noches de sueño de recuperación en el que se les permitía dormir todo lo que querían.
Sin embargo, la investigación demostró que no es posible recuperar el deterioro realizado durante la semana en el fin de semana.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el adulto promedio duerme menos de siete horas por noche. Y hoy en día, con el ritmo acelerado de nuestros días, esa cifra puede sonar bastante bien. Sin embargo puede derivar en la deprivación crónica del sueño.
Aunque no estemos sintiendo el cansancio luego de menos de ocho horas de sueño, los estudios demuestran que nuestro desempeño es peor. Así que lo mejor es acomodar nuestros horarios para permitirnos ocho horas completas de sueño. ¿Tú qué opinas?
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