Las mantis, también conocidas como mamboretás, santa teresas o rezadoras gracias a su pose habitual de manos unidas, son grandes saltarinas, como sabrá cualquiera que haya experimentado la sorpresa de cruzarse con una.
La ciencia detrás del salto de una mantis

Pero si nunca tuvieron la posibilidad de comprobarlo con sus propios ojos, aquí tenemos un asombroso video en cámara lenta que lo prueba.
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El video en cuestión dura 9 segundos, pero el salto en realidad duró nada más que 80 milisegundos (menos que un pestañeo). Y el resultado sorprendió a los científicos que registraron el evento.
El salto de una mantis en slow motion
En él, la mantis salta hacia un objetivo vertical, y lo curioso es que, mientras está en el aire, rota parte de su cuerpo para alinearse con el lugar en el que va a caer. Es decir, que gira su abdomen y sus cuatro patas para poder aterrizar.
Esto no era lo que esperaban los investigadores, ya que otros insectos saltarines no suelen tener control de sus movimientos una vez que están en el aire.
Esta es la explicación del fenómeno, publicada en la revista científica Current Biology:
«Muchos insectos utilizan el salto como modo primario de locomoción, y por lo tanto deben establecer una forma precisa de control de las grandes fuerzas generadas en el despegue. Una vez que están en el aire, ya sea como producto de un salto o de una caída, deben realizar nuevos ajustes para controlar la trayectoria y orientar el cuerpo para el aterrizaje. Las caídas son siempre hacia abajo, pero los saltos hacia un determinado objetivo deben alcanzar muchas posibles trayectorias deseadas.
El video muestra que la mantis del video, haciendo un salto hacia un determinado objetivo, primero gira su abdomen, cerca del tórax, para corregir el centro de masa y así regular el giro del despegue. Una vez en el aire, suavemente y secuencialmente, va transfiriendo momento angular en cuatro etapas, entre su abdomen, sus dos patas delanteras y sus dos patas propulsoras traseras, para producir un un salto controlado con un aterrizaje preciso. Estos movimientos le permiten a la mantis no fallar en aterrizar en el objetivo o no llegar a él primero con la cabeza».
Gregory Sutton, uno de los científicos involucrados en el estudio, considera que estos hallazgos pueden resultar útiles para la robótica. Según Sutton, «para algunos pequeños robots, volar es algo costoso energéticamente, mientras que caminar es algo demasiado lento, pero hasta ahora los saltos eran un problema complejo. El salto de la mantis es un ejemplo de la naturaleza que podría ayudar a resolverlo».
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