La juventud permite hacer muchas cosas y podríamos creer que es la mejor etapa de nuestras vidas, pero al parecer la verdadera felicidad tarda en llegar.
Interesante investigación sugiere que las personas de edad avanzada son las verdaderamente felices


¿A qué edad somos más felices? Una investigación realizada en Estados Unidos detectó que los máximos estados de felicidad llegan en la tercera edad, quizá aprovechando la experiencia que les dio la vida.
Felicidad: a mayor edad, mejor

¿Qué tan feliz eres? No es sencillo medir algo tan poco objetivo como la felicidad, pero un estudio realizado por la Universidad de California detectó aquellos aspectos que nos hacen estar más satisfechos con la vida.
Fueron 1546 las personas participantes de ambos sexos y cuyas edades iban entre los 21 y 100 años, los jóvenes eran más propensos a la depresión, estrés y ansiedad, mientras que a partir de los 40 años las cosas mejoraban, llegando a su pico en lo que solemos llamar tercera edad.
Las personas mayores se sienten más felices y entienden mejor el concepto, además tienden a estresarse menos y estar más satisfechos con la vida que llevan, ello según Dilip Jeste, psiquiatra especialista en geriatría y uno de los encargados de la investigación.
La curva en U de la felicidad

Los niños son en su mayoría felices y despreocupados, y si bien la adolescencia tiene sus problemas, siguen siendo buenos años. El estudio norteamericano determinó que la felicidad es una curva en U.
Nuestros primeros años de vida están llenos de felicidad, bajos niveles de estrés y depresión, pero una vez que vamos creciendo y nos exponemos a más presión, nos sentimos abrumados, llegando al peor nivel entre los 20 y 30 años.
Los adultos jóvenes están en una etapa complicada en la que la presión de los estudios e iniciarse en la vida laboral es fuerte, lo que provoca estrés, miedo y angustia, justamente es en esa década en la que se presentan mayores tasas de enfermedades mentales.
Una vez que se supera esa presión, que viene tanto por parte de los padres como de los pares, las personas van aprendiendo a lidiar con lo malo y la curva de la felicidad comienza a subir, pero lo mejor viene después de los 55 años.
Mientras más cerca está la tercera edad, algo que muchos temen, disminuyen los diagnósticos de depresión, estrés y otras condiciones que disminuyen la calidad de vida. La sabiduría de los años ayuda a enfrentar mejor los problemas y no preocuparse por aquellos que ya aprendimos que son irrelevante.
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