Desde pequeñas nos enseñan, sea en casa, en la escuela o a través de la TV y la publicidad, que la mujer debería ocuparse de las tareas hogareñas y que el hombre debe salir a trabajar para mantener a la familia. Ella es sensible y su gran objetivo es ser madre, mientras él es fuerte y puede hacer con su vida lo que quiera. Estos estereotipos se encuentran naturalizados en la sociedad y pocos se atreven a cuestionarlos. De hecho, mucha gente ni siquiera se da cuenta.
Esto es lo que NO te contaron sobre el amor y lo queremos cambiar


A pesar de las luchas por la igualdad de género promovidas por organizaciones sociales e internacionales, el estigma y la injusticia continúan rodeando la vida de la mayoría de las mujeres. Por eso, la ONG argentina Economía Feminista produjo un creativo video para abrirnos los ojos. Y luego de verlo, no hay vuelta atrás.
A través de estadísticas e investigaciones, el corto devela una cruda realidad cotidiana acerca del funcionamiento de la economía mundial y el rol de la mujer. Es imposible no reflexionar.
«Eso que llaman amor es trabajo no pago»

La reproducción humana es lo que sostiene la continuidad de la sociedad. Nuestros hijos son el futuro. Van a ocupar los puestos de trabajo en la medida que se jubilan los mayores, y así se cumple un ciclo que no puede terminar. El problema es que las mujeres todavía son las más sobrecargadas con la crianza y los cuidados de la casa, aunque tengan otros empleos. Y eso genera la famosa doble jornada laboral.
Si bien la mujer logró entrar al mercado laboral y desarrollar carrera académica desde hace 5 décadas, según Economía Feminista, las tareas del hogar siguen siendo su responsabilidad para la mayoría. En Argentina, por ejemplo, el 76 % de las mujeres continúa realizando la misma cantidad de tareas domésticas que antes. La segunda jornada laboral, en casa, no es remunerada, pero es lo que asegura el funcionamiento del sistema y todo el desarrollo de la economía mundial.
Sí, en nombre del amor nos dedicamos a nuestra familia, nuestra casa y movemos el mundo con escaso tiempo para nosotras mismas. ¿Ya lo habías pensado?
Por otro lado, las que tienen mayores recursos económicos pueden salir a trabajar y contratar personal doméstico, que en su imponente mayoría son otras mujeres. En Argentina, el 97% de esas personas contratadas son mujeres que a su vez también dejan sus hijos al cuidado de otras mujeres, mientras trabajan en gran parte de los casos de manera informal y precaria.
¿Cómo cambiar el mundo?

De acuerdo a Economía Feminista, para que el sistema sea más igualitario, los gobiernos deben intervenir y promover políticas públicas que permitan:
- La existencia de sistemas de cuidado gratuito
- Creación de jardines de infantes en lugares de trabajo
- Concesión de licencias iguales tanto para madres como para padres

Es necesario comprender que el cuidado del otro no es una obligación de la mujer. Así como criamos a nuestros hijos para vivir en este mundo, también podemos hacer que el mundo sea mejor para ellos, con igualdad de oportunidades, derechos y justicia para las nuevas generaciones.
Mira el video y permítete reflexionar sobre el amor que realmente queremos tener:
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