Este campo de refugiados en Mauritania busca combatir los problemas con educación

Los combates entre el ejército maliense, el movimiento tuareg y otros grupos armados llevan a miles de personas a huir hacia Mauritania en dirección a la ciudad de Fassala. Mbera es un campo de refugiados al sur de Mauritania que cuenta con 42 000 residentes. Es uno de los mayores campos de refugiados en África.

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En el corazón del desierto del Sahel, Mbera ofrece asistencia nutricional y de salud a los residentes.

Una de las dificultades que enfrentan es la crisis entre la juventud. Si no se atienden las necesidades de los 14 000 residentes en edad escolar, a través de la educación y el entrenamiento, se advierte que los varones podrían unirse a grupos armados y las niñas a casarse apresuradamente.

El matrimonio infantil es una realidad de esta región que se busca evitar, la mayoría de las niñas se casan incluso antes de los 12 años. Según los números de Naciones Unidas, el 55 % de las niñas de Mali y el 34 % de Mauritania se casan antes de los 18 años.

El matrimonio precoz es recurrente y es necesario explicar a los padres la importancia de la escuela para las niñas y los peligros de salud relacionados con el matrimonio precoz. A diferencia de Mali, en Mber la educación es gratuita y se busca generar conciencia sobre esta realidad que afecta a miles de chicas.

Unicef dice que 6000 niños que nunca habían ido a la escuela han asistido a clases de alfabetización en Mbera desde 2013. Las ofertas del campamento ayudaron a acelerar la enseñanza para niños mayores analfabetos que son demasiado grandes para aprender junto a los pequeños.

Pero además, muchos aseguran que los adolescentes necesitan formación vocacional, pero debido a su alto costo, solo han podido formar a 240. 

Definitivamente el aburrimiento es lo peor para las nuevas generaciones, puede llevarlos por mal camino, hacia las drogas, grupos armados o matrimonios precoces.

Solo 5000 de los 14 000 residentes en edad escolar asisten a las escuelas primarias del campamento. La asistencia al nivel secundario es desastrosamente baja, solo hay 220 estudiantes, de los cuales apenas 51 son chicas. Solo un cuarta parte de los maestros están calificados y los salarios son muy bajos en comparación con otras zonas.

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Sin embargo, Mbera sigue buscando la manera de hacer énfasis en la educación de concientizar a los padres y cambiar la realidad de muchas de estas niñas.