Esta es la curiosa y desagradable manera en la que los gusanos luminosos atrapan a sus presas

En Nueva Zelanda, los gusanos bioluminiscentes de la especie Arachnocampa luminosa iluminan las cuevas y les dan un toque mágico y único.

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La especie pasa nueve meses como larvas hasta que les crecen alas y se convierten en mosquitos hongos, tras lo que sobreviven por unos días (tiempo en el que se aparean).

Pero esto no es lo más interesante...

Un curioso mecanismo para alimentarse

Las telarañas suelen ser de las sustancias pegajosas más conocidas producidas por los animales, pero, definitivamente, las secreciones producidas por estos curiosos gusanos son igual de interesantes.

Como larvas, construyen una especie de tubo mucoso de hasta 40 centímetros de largo en el techo de la cueva. Los gusanos se trasladan por el tubo, y van colgando de él docenas de largos hilos de seda. Cada uno de ellos tiene hasta medio metro de largo y los utilizan para atrapar insectos que se sienten atraídos por la luz que emite la larva desde su cola.

Lo que hay detrás de la mucosidad 

Imagen Shutterstock

La pegajosa mucosidad liberada por los gusanos luminosos ha sido un tema de gran interés para los científicos.

Janek von Byern de la Universidad de Viena, Austria y sus colegas decidieron analizar muestras provenientes de dos cuevas de Waitomo, en la isla norte de Nueva Zelanda. Entonces, hallaron que las gotas que componen a los hilos están compuestas por un 99 % de agua y 1% de pegamento. El pegamento está hecho de urea (un compuesto químico cristalino e incoloro) y de un péptido que no pudieron identificar.

Imagen Shutterstock

Los científicos sostienen que la orina es la fuente más probable de urea en los gusanos luminosos, en tanto es un residuo común en la orina de varios insectos. Además la urea puede ser lo que le da a las gotas ese efecto pegajoso.

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Todavía queda mucha investigación por hacer y los expertos esperan confirmar que la urea de la orina viaja desde la tripa hasta la boca para ser segregada en los hilos mucosos.

Si algo queda claro, no obstante, es que los gusanos luminosos tienen un interesante y un tanto desagradable mecanismo para alimentarse, ¿no crees?