Ellos son salvajemente ATACADOS y viven con terror solo por ser “diferentes”: la dura realidad de los albinos en África

Aunque no lo creas, y se te erice la piel con imaginarlo, hay personas que por solo nacer con determinadas características físicas son perseguidas hasta la muerte. Solo por causa de su color de piel y de cabello viven con el miedo permanente de ser atacados y mutilados. No es el argumento de una película de terror: lamentablemente es la vida real de los albinos negros de África.

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Ellos son personas de raza negra que, por un trastorno genético que conocemos como “albinismo”, nacen con poco o ningún pigmento en su piel, cabello y ojos. Por estas características físicas -solo por ellas- la vida de los albinos negros es un verdadero calvario desde su más inocente niñez.

Como si no fuera suficiente con los problemas en la vista y el alto riesgo de sufrir cáncer en su piel que el albinismo les trae por naturaleza...

Imagen iStock

La causa de esta realidad

En algunos países de África, como Tanzania, Malawi y Kenia, se difunde la creencia -amparada por un pobre nivel de educación- de que los albinos están “embrujados” y tienen “poderes mágicos”. En consecuencia de esta superstición -increíble superstición- son perseguidos, atacados y asesinados para quitarles partes de su cuerpo, órganos, pelo y sangre. A los niños, por ejemplo, les arrancan las piernas, brazos y manos con machetes. Se me hace un nudo en la garganta de sólo pensar que esto sucede en la vida real...

¿Y con qué fin se comete esta atrocidad? Las partes del cuerpo de las personas negras con albinismo se utilizan en actos de brujería para hacer amuletos y “pociones”, ya que creen que “dan buena suerte y riqueza”. Bajo este supuesto, existe todo un mercado clandestino de tráfico de órganos y extremidades del cuerpo de albinos, que involucra delincuentes, brujos y personas supersticiosas que compran esas pociones. Y quienes se interesan en ellas suelen ser personas muy pudientes, como empresarios e incluso políticos, pues se estima que el cuerpo de un albino puede llegar a valer 75 mil dólares, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas.

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Porque también se puede salir adelante...

A mediados del año pasado, se hizo pública la historia de Baraka Cosmas Lusambo, un pequeño de apenas 5 años del oeste de Tanzania, que perdió su mano… solo por ser albino. Un sábado como cualquier otro, un grupo de hombres irrumpió en su casa, golpearon a su madre hasta dejarla inconsciente y le cortaron su mano con un machete.

Este pequeño, junto a otros cuatro niños albinos, fueron rescatados y enviados a la Global Medical Relief Fund, en Estados Unidos, fundación que desde 1997 protege y ayuda a niños en situación vulnerable a obtener las prótesis que necesitan. Otra de ellas es Kabula Nkarango Masanja, una adolescente de 17 años, a quien le cortaron todo su brazo. Y por si no hubiera sido suficiente, los delincuentes prometieron volver a atacarla pero para llevarse sus órganos. 

Pero así como Baraka y Kabula, muchos otros niños y personas adultas de Tanzania, Kenia y Malawi son atacados por traficantes de órganos albinos. Otros tristemente no tienen la misma suerte y son secuestrados y asesinados, como Yohana Bahat -un bebé de apenas un año- que fue raptado y cuyo cuerpo mutilado apareció cuatro días más tarde, sin brazos, ni piernas. Nuevamente, cuesta creer que esto suceda en la realidad...

No nos olvidemos de mencionar el terror con el que los albinos y sus familias tienen que lidiar día a día a causa de estas atrocidades y que les impide llevar una vida normal. 

Una luz de esperanza para acabar con el sufrimiento

Afortunadamente, existen organizaciones que trabajan para proteger a los albinos en Tanzania, entre ellas Standing Voice. Su misión es hacerle frente a la exclusión social de los albinos en Tanzania y este de África, brindándoles educación, salud, defensa y programas comunitarios. 

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Sin embargo, si desde el gobierno de estos países no se concentra el esfuerzo en desterrar a los delincuentes de este mercado clandestino, lamentablemente los ataques, mutilaciones y muertes van a seguir sucediendo. En Malawi, por ejemplo, se registraron seis ataques durante 2015, cuando en los dos años anteriores habían sido cuatro. Y se estima que en Tanzania siguen creciendo.

El director de Standing Voice, Jonathan Beale, expresó que “la actuación del gobierno, la policía y el sistema de justicia no son suficientes ni se dirigen al corazón del problema”. Por su parte, Vicky Ntetema, directora ejecutiva de Under The Same Sun, una fundación sin fines de lucro de Canadá que protege a la población albina, también criticó a los líderes políticos por su inacción y falta de voluntad para dar fin a los ataques contra los albinos.

En este contexto, las Naciones Unidas instaron a los gobiernos regionales a reforzar las medidas para acabar con estos criminales. Rupert Colvill, portavoz de Derechos Humanos de la  ONU, está de acuerdo con Beale y cree que no se está haciendo lo suficiente para detenerlos: “Hacemos un llamado para una investigación que vaya más allá de los asaltantes o brujos, para obtener más pruebas a fondo sobre los implicados en los niveles más altos de este comercio absurdo”. Y es que, si bien se ha detenido a secuestradores y prohibido a los brujos, ni un solo comprador del comercio albino fue procesado. 

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Para Beale, esto de alguna manera crea una “cortina de humo de impunidad”... Y sí, pensemos en los intereses en juego de los poderosos que realmente retroalimentan y exigen este mercado clandestino para comprar supuestos “amuletos”. Incluso, se cree que los políticos podrían recurrir a los amuletos hechos a partir de huesos y cabello de albinos para tener buena suerte y ganar las elecciones. ¡Insólito!

Empecemos el cambio

¿Qué decir ante todo esto? Ojalá que esta “cortina de humo de impunidad” desaparezca pronto y para siempre. Ojalá que los gobiernos y autoridades competentes unan sus esfuerzos para hacer justicia, castigar a los culpables y acabar de una vez por todas con esta realidad, otra más en donde el racismo, la discriminación, la crueldad y la ambición sin escrúpulos se lo llevan todo por delante, incluso el respeto por la vida. 

Cuesta creer que desde nuestro humilde lugar podamos impedir que esta y un montón de otras atrocidades se sigan cometiendo en el mundo en que vivimos. Sin embargo, podemos aportar nuestro granito de arena para cambiar mentalidades y construir un mundo más abierto, tolerante y solidario y donde las diferencias no nos separen sino que nos enriquezcan. No peleemos más con esa amiga que piensa diferente, aprendamos un poco más de su manera de ver las cosas; no rechacemos a un hombre solo por su apariencia, puede ser una maravillosa persona que cambie nuestra vida. Y así, muchos ejemplos más.

Además, sigámonos informando, conociendo y no nos quedemos indiferentes sobre asuntos como este. La información nos da el poder de decir “No más” y trabajar para cambiarlo. 

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¿Ves? En cada acto de nuestro día a día podemos hacer el cambio. ¡Por algo se empieza!

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