El dinero y la felicidad: Regalar nos hace más alegres y felices

Todos sabemos que, en el mundo de hoy, el dinero es una parte importante de nuestras vidas. Por supuesto que no hace a nuestra felicidad, pero no podemos negar que el dinero ayuda bastante.

Uno tendería a pensar que las personas que tienen más dinero son más felices, sin embargo, una reciente investigación de la British Columbia University da cuenta de que, en materia económica, importa más cómo gastamos el dinero, y no tanto cuánto dinero tenemos.

El dinero no es todo, ¡pero cómo ayuda!

Según el estudio, basta con gastar $5 dólares en otra persona para sentir la diferencia. Utilizar nuestro dinero en obras de beneficencia o en adquirir regalos para otra persona, lleva a que seamos más felices. Los expertos señalan que los actos de generosidad mejoran la imagen que tenemos de nosotros mismos y la forma en que los otros nos miran. La generosidad incrementa la alegría y la felicidad de quien regala.

En primera instancia los investigadores analizaron 630 casos en Canadá. Le preguntaron a cada persona por su percepción general de felicidad, por su nivel de ingresos y por su nivel y rubros de egresos mensuales. Al comparar los casos, observaron que las personas que habían gastado más dinero en regalos para otras personas se percibían a sí mismas como personas más felices.  

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Luego analizaron a los empleados de una firma bancaria que habían recibido un bono anual por ganancias. El valor de los bonos oscilaba entre los $3000 y los $8000 dólares. Los científicos observaron que no necesariamente quienes habían recibido un bono mayor, estaban más alegres, sino que quienes se mostraban más felices eran quienes habían destinado su dinero a regalos y obras benéficas.  Finalmente seleccionaron un grupo de voluntarios a los que se les dio dinero, entre $5 y $20 dólares, para que los gasten en cualquier cosa, antes de las 17:00 horas. Al final del día, quienes habían gastado la suma en otra persona, y no en sí mismos, se mostraron más contentos independientemente del dinero que habían recibido originalmente. 

Al final de cuentas, tener dinero sí importa, pero más importa cómo lo gastamos. Cuando hacemos regalos o brindamos ayuda a quienes más lo necesitan, mejor nos sentimos con nosotros mismos y creemos que somos más felices. 

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