En los últimos días, Irlanda estuvo rodeada de tangas. Las mujeres las colgaron en las calles, salieron a manifestarse con ellas, las expusieron en Twitter e incluso una llegó al Parlamento. Todo forma parte de una protesta generalizada contra un resonado juicio de violación en que la abogada defensora se refirió a la ropa interior de la sobreviviente, de tan solo 17 años, para argumentar que no hubo violencia sexual (sí, estamos en 2018).
Dijeron que no era violación porque ella usaba una tanga, y Twitter reventó en indignación

#ThisIsNotConsent | Ayer miles de personas en Irlanda tomaron las calles contra la #JusticiaPatriarcal y contra el abogado que usó la ropa interior de una joven de 17 años que fue violada como prueba de consentimiento de la violación.
— Libres y Combativas (@LibrsyCombativs) November 15, 2018
¡Basta de culpar a las víctimas! SOLIDARITY! pic.twitter.com/BffDtb82w8
Un juicio anacrónico
De acuerdo con el Irish Times, Elizabeth O’Connell, abogada del acusado, sugirió que el hecho de que la adolescente estuviera usando una tanga en el momento del supuesto ataque indicaba que no había ocurrido una violación:
«¿La evidencia descarta la posibilidad de que ella estuviera atraída al acusado y que estuviera abierta a conocer a alguien y estar con alguien? Tienen que ver cómo estaba vestida. Usaba una tanga de encaje».
A continuación, el jurado, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, emitió su veredicto unánime: el acusado era inocente.
La indignación pública
Protesters place underwear on the steps of the courthouse in #Cork city during #thisisnotconsent protest pic.twitter.com/pY4Dk9dIc8
— Fiona Corcoran (@fiona96fmnews) November 14, 2018
Los colectivos de mujeres no tardaron en hacerse oír. Las activistas dejaron su ropa interior en las escalinatas del juzgado de la ciudad de Cork donde tuvo lugar el juicio, de acuerdo con The Guardian. Las irlandesas también tomaron las calles, y Twitter se llenó de fotos de tangas acompañadas de los hashtags #ThisIsNotConsent (esto no es consentimiento) y #IBelieveHer (yo le creo).
Con tanga o sin él, con ropa o sin ella, una violación es sólo culpa del violador. Basta de culpabilizar a las victimas. #ThisIsNotConsent
— Reflexiones de medianoche (@ISiReflexionas) November 16, 2018
QUEREMOS UNA JUSTICIA JUSTA Y REAL, QUE NOS DEFIENDA.
En Irlanda han absuelto al violador de una chica de 17 años justificando que “usar tanga de encaje es prueba de consentimiento implícito”.
— WONDER ARAN 🏳️🌈 🏳️🌈💚💜🔻 (@tzantzi) November 16, 2018
Criminalizando a la víctima. No podemos ir solas por la calle, ni vestir como queremos, ni beber. Siempre es nuestra culpa. #ThisIsNotConsent pic.twitter.com/B982NeJElU
Cuando paremos de culpabilizar a la víctima de violación por la ropa que llevaba, y empecemos por preguntarnos porqué la persona que ha violado lo ha hecho, avanzaremos un pelín. #ThisIsNotConsent pic.twitter.com/fAG3b0hcQa
— Lau (@laupastorr) November 16, 2018
La conmoción llegó, incluso, al Parlamento irlandés, cuando la legisladora Ruth Coppinger sacó una tanga de su manga al final de su discurso, en el que criticó la forma en que el sistema judicial irlandés aborda los casos de violencia sexual:
«Puede ser embarazoso mostrar una tanga en el Parlamento, pero lo hago porque ¿cómo creen que una víctima de violación o una mujer se siente cuando se muestra su ropa interior en la Corte?».
Coppinger cuestionó el sistema jurídico irlandés, en el que hasta «la ropa, el bronceado artificial e incluso los anticonceptivos han sido usados para desacreditar a las mujeres que tuvieron la valentía de ir a juicio». De acuerdo con los datos del Dublin Rape Crisis Centre, en Irlanda solo el 8 % de las denuncias de violación desembocan en una condena.
No es un caso aislado
Hundreds of people turned out in #Cork city today for the #thisisnotconsent protest which marched through the city centre to the courthouse as people called for an end to #victimblaming in cases of sexual violence pic.twitter.com/AwI1hZ04bn
— Fiona Corcoran (@fiona96fmnews) November 14, 2018
El hecho ocurrió tan solo ocho meses después de otro juicio que indignó a Irlanda, conocido como el «Belfast trial», en el que se acusaba a dos jugadores de rugby del equipo nacional de la violación de una mujer. Durante el juicio, los jurados se pasaron la ropa interior de la sobreviviente de mano en mano como evidencia. Y aunque, de acuerdo con el New York Times, un médico declaró que había observado laceración y sangrado en la vagina de la víctima, el jurado entendió, también en este caso, que el sexo fue consensual.
Tampoco pasaron muchos meses del escandaloso juicio de «La manada» en España, en el que un grupo de cinco hombres fueron acusados y declarados inocentes de la violación de una joven (solo se los encontró culpables de abuso sexual), aun cuando existían videos, conversaciones de WhatsApp y peritos psicológicos que indicaban lo contrario.
Si algo nos queda claro es que necesitamos para ayer sistemas judiciales libres de mitos sobre la violación y estereotipos de género.






