No siempre es necesario recurrir a un tratamiento de última generación para solucionar problemas de salud, a veces vale la pena mirar hacia el pasado, tal como lo hizo un grupo de científicos australianos.
Desinfectante de inicios del siglo XX sería efectivo contra supermicrobios

Durante la Primera Guerra Mundial, los soldados australianos usaban un desinfectante en polvo llamado acraflavina para limpiar heridas o tratar diferentes enfermedades infecciosas, pero con el paso de los años, dejó de utilizarse.
Científicos de la Universidad de Deakin decidieron viajar al pasado y analizar la acraflavina, todo un acierto, ya que descubrieron que este antiséptico era capaz de terminar con infecciones virales causadas por virus que se habían hecho resistentes a los tratamientos habituales.
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Acraflavina, nuevos hallazgos para un medicamento centenario

Enfermedades virales que hace poco eran fáciles de controlar y curar mutaron haciéndose resistentes ante los medicamentos existentes creando de paso una verdadera emergencia de salud.
En vez de trabajar en busca de una cura futurista capaz de exterminar estos virus mutantes, científicos australianos decidieron investigar a un viejo conocido. Se trata del Acriflavina, un desinfectante en polvo utilizado a inicios del siglo XX y que no solo servía para limpiar heridas sino que también tratar enfermedades.
Nadie sabía cómo la acraflavina hacía su trabajo, pero ahora conocemos su modo de operar el que no solo es interesante sino que también le permite atacar y destruir virus extremadamente potentes o que mutaron genéticamente.
La acraflavina también tiene un rol preventivo, ya que se adhiere a las células del sistema inmune actuando sobre su ADN y poniéndolas en marcha, listas para dar la batalla una vez que expongan a virus, pero ese no es su único rol.
En el caso de las infecciones bacteriales la acraflavina consigue disminuir la velocidad en el que las bacterias se replican en el cuerpo, por lo que el sistema inmune puede hacer su trabajo evitando que las infecciones se esparzan además de destruirlas.
WW1 antiseptic a 21st century saviour? Everything old is new again! #Acriflavine. https://t.co/rxNz86v8FH #science via @CosmosMagazine pic.twitter.com/jflXJd8dfB
— Dr Kate Honner (@Dr_Kate_Honner) November 28, 2016
Por ahora los científicos probaron la acraflavina, que dejó de usarse hace más de 50 años, en virus como el de la influenza y sus diferentes variaciones mostrando buenos resultados y, ahora quieren seguir experimentando con este verdadero tesoro que salió del cajón de los recuerdos.
El equipo que trabaja estudiando las potencialidades de la acraflavina creen que podría ser útil en enfermedades para las cuales todavía no hay vacunas o tratamientos como por ejemplo el ébola o zika.
Asimismo la acraflavina es muy barata de fabricar lo que hace que su distribución y uso en países pobres, tanto para tratamientos como también prevención, sea más sencillo demostrando además que la ciencia necesita mirar al pasado y así quizá encontrar la solución para problemas que nos afectan en el presente y serían una catástrofe en un futuro bastante cercano.
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