Katie Meyler creció en los Estados Unidos y su familia recibía ayuda del gobierno, siempre pensó que era pobre hasta que un viaje a un país en desarrollo le hizo darse cuenta de que había realidades mucho más difíciles que la de ella. En concreto, el viaje le permitió tomar conciencia de que, en varios lugares del mundo, las niñas se vendían para acceder a las necesidades más básicas.
Descubre cómo esta mujer se convirtió en una luchadora por los derechos de los niños

Frente a esa impactante realidad, Katie decidió hacer algo al respecto y en 2009 creó la escuela More Than Me con el objetivo de brindar estabilidad a Liberia mediante la educación. Se trata de una institución que les brinda educación gratuita a niñas vulnerables en Monrovia, así como atención médica y planificación familiar.
Cambiando un país mediante la educación
La mayoría de las niñas que asisten a la escuela provienen de familias numerosas y tienen que vender comida y agua en las calles para poder subsistir, o incluso comprometerse con tareas degradantes a causa de la pobreza extrema del país.
Liberia, en África Occidental, ha enfrentado una guerra civil de 14 años y una epidemia de ébola con casi 5000 personas muertas.
La realidad educativa de Liberia es realmente alarmante, la mayoría de los padres y miembros de la comunidad no saben escribir y leer, en la medida en que ni siquiera recibieron una educación básica. Esto sumado a que el 65 % de los niños en edad escolar no asisten a la escuela y a que más de la mitad de los jóvenes de 15 a 24 años son analfabetos.
En 2013, todos los 25.000 candidatos a la Universidad de Liberia perdieron el examen de ingreso, mientras que solo el 17% de los profesores tienen una titulación a nivel terciario.
Es en esta realidad que la organización More Than Me busca actuar con el fin de cambiar el futuro de las niñas más vulnerables.
Combatiendo el ébola
Luego de comenzar con el proyecto, el ébola se convirtió en una crisis nacional, por lo que Katie transformó su academia en un centro de extensión durante seis meses. Con la ayuda de 500 empleados y menos de un millón de dólares de presupuesto, la escuela recibió a niños huérfanos y abandonados durante la crisis, logró reducir el tiempo de espera de las ambulancias y salvó miles de vidas.
A su vez, utilizó la red social Instagram para contar la delicada situación que estaba viviendo Liberia y dio a conocer al resto del mundo la crisis del país.
Por todo su trabajo, en 2014, fue nombrada Persona del Año por la revista TIME por su trabajo en la lucha contra el ébola.
Cuando la crisis de salud disminuyó, Katie volvió a enfocarse en la educación de las niñas y se ha asociado al gobierno de Liberia para replicar su programa en toda la nación.
Pasó de no saber dónde se encontraba Liberia en el mapa a convertirse en una de las principales generadoras de cambio del país. ¿Qué opinas de su historia?
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