Consejos para fotografiar la gastronomía de un destino turístico

¿Te imaginas yéndote de vacaciones sin tu cámara fotográfica? A no ser que te olvides, difícilmente cometas este error que te privaría de plasmar los mejores momentos de tu viaje, con lo que podrías revivirlos y recordarlos por el resto de tu vida una vez estés de vuelta en tu casa.

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Pero aunque el dedo de un turista nunca para de presionar el disparador de la cámara y atacar monumentos, paisajes y retratos, pocas veces cuando salimos de vacaciones dedicamos tiempo para fotografiar la comida. Lo sé, tal vez no te interese, pero solo piensa que la cocina de un país es uno de los escenarios donde mejor se plasma las características de su cultura, y a través de los platos típicos de cada destino podrás descubrir todo un mundo de sabores, colores e historias.

Por ello, para que obtengas unas excelentes imágenes sobre las delicias que degustaste en tus vacaciones, aquí te presento algunos puntos a tener en cuenta y consejos para fotografiar la gastronomía de un destino turístico.

El escenario ideal

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En primer lugar, y luego que estés bien equipado con cámaras, rollos o baterías, trípode y demás enseres, debes buscar el marco idóneo para obtener tus fotografías. Personalmente prefiero aquellos sitios donde se evidencian los rasgos culturales del destino, como un mercado tradicional, una fiesta local o simplemente el de un edificio antiguo como fondo. Además, en estos lugares la población suele ser más autentica y es donde realmente descubrirás los sabores del país.

Recuerda que la fotografía se centra en un objeto o tema, pero el marco circundante determinará en gran parte la calidad y belleza de tu obra.

¡Luz, luz!

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Y no podemos olvidarnos de los requerimientos técnicos que necesita cualquier fotografía que pretenda ser buena, y en este sentido la luz es de los principales factores que determinarán el destino de nuestra imagen (un álbum o la basura).

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Trata que sea siempre luz natural, pero si esta no resulta suficiente es conveniente buscar el apoyo de una luz auxiliar, que ya puede existir en el mismo entorno, o tratar de provocarla tu mismo.

En esto también influye el punto donde te ubiques. Lo mejor es sacar fotografías de alimentos con profundidad, con ángulos bajos de entre 10 y 45 grados, que permitan capturar las texturas de los ingredientes y brindar esa sensación apetitosa que todos percibimos al apreciar una buena imagen de una comida.

El montaje de la escena

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Con este punto me refiero a un escenario más reducido que el geográfico: el de la misma mesa. Aquí todo puede variar dependiendo de las circunstancias y del tipo de comida típica, pues mientras algunos platos resultan mejor fotografiados solos en una mesa vacía, otros quedan muy bien con alguna decoración artificial: utensilios volcados como por accidente, hierbas dispersas, una copa de vino y hasta migas de pan. Aquí todo depende de tu imaginación y de las posibilidades, pero te aconsejo que siempre busques fotografiar una comida con un entorno característico de su cultura.

El retrato de los chef

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Finalmente, otro de los puntos que no puedes descuidar a la hora de fotografiar comidas típicas es el concerniente a los creadores de dicha comida. No puedes olvidarte de los chefs! pues los mismos son los guardianes de centenarias recetas y los conocedores de los auténticos sabores del destino.

Para esto, nuevamente, los mercados tradicionales conforman uno de los mejores lugares para fotografiar a los pobladores cocinando en vivo y en directo, lo que te permitirá capturar imágenes muy naturales y elocuentes, pero cuídate de no fotografiar a alguien que le incomode tu actividad.

Podríamos seguir hablando del tema por horas y horas, pero como se me acaba el tamaño máximo permitido para este artículo, te dejaré solo estos consejos para que los vallas poniendo en práctica la próxima vez que salgas de vacaciones y te encuentres con una fotogénica comida.