Conoce la fascinante filial del planeta Marte que existe en Europa

Un asteroide, de los cientos de miles que vagan por el enorme cinturón entre Marte y Júpiter, se descarría y choca contra el planeta rojo. La colisión es tan colosal que levanta pedazos de Marte, los cuales empiezan a deambular por el espacio y en algún momento entran al campo de atracción gravitacional de nuestro planeta, cayendo a la Tierra.

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Esa es la forma como hemos conseguido unas cuantas porciones de Marte; más de 50, según la cuenta de la NASA. Pero ahora no nos referimos a esos trozos marcianos, sino a un área en los Alpes que está siendo utilizada por un equipo coordinado por el Foro Austríaco del Espacio, con científicos de 19 países, para simular un viaje a Marte.

Astronautas paseando por la Tierra

Imagen Thinkstock

Si andas de vacaciones por los Alpes austríacos y tras un ligero extravío, vas a parar al glaciar Kaunertal en el Tirol, no te asustes si ves a unas figuras extrañas vestidas como astronautas manipulando aparatos futuristas. Ni creas que has entrado en una máquina del tiempo que te ha llevado a otro lugar del universo. Sigues en Europa y estás en el área de prueba de algunos dispositivos que algún día se utilizarán en Marte.

El de la Luna fue un corto paseo

La única experiencia humana en superficie firme fuera de la Tierra se ha producido en la Luna. Pero el satélite natural de la Tierra está a menos de 400 000 Kilómetros de nuestro planeta. Si pudiéramos viajar a una velocidad cercana a la de la luz, llegaríamos a la Luna en menos de dos segundos.

El viaje a Marte es otra cosa, comenzando por la distancia. Ya sabes que las órbitas planetarias son elípticas y que cada planeta lleva su propio plan de vuelo, por lo que las distancias son variables. La mínima distancia teórica entre Marte y la Tierra, según las matemáticas astronómicas, es de 54,6 millones de kilómetros, algo que nunca se ha verificado.

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En 2003 los dos astros casi se besaron, situados a 56 millones de kilómetros el uno del otro. Suponiendo que pudieran detenerse en sus puntos de mayor cercanía, el trayecto para una nave espacial desde la Tierra sería 142 veces más largo que el del viaje a la Luna.

Marte no es tan inhóspito pero hay que chequear muchas cosas antes de partir

Marte no es tan hospitalario como los Alpes, pero las diferencias en algunas variables no son tan grandes. Por ejemplo, la temperatura promedio en el planeta rojo es de -63° centígrados, nada del otro mundo. El traje para ir a Marte debe ser bien abrigado, porque cuando allá hace calor, el termómetro marca -5° centígrados y los fríos extremos se aproximan a -90°.

La atmósfera ya es otra cosa, con un «aire» formado en más de un 95% por dióxido de carbono, pero a cualquier lado del universo que vayas, debes llevar tu bombona de oxígeno, por lo que lo más importante es que la vestimenta y el depósito aguanten la agresividad ambiental. En Marte, el traje también debe ayudar a adaptarse a una presión 100 veces menor a la de la Tierra.

Pero esta misión se está contentando, por ahora, con chequear algunos aparatos de investigación geológica y biológica que eventualmente los astronautas llevarán en sus mochilas y en ver cómo podría resolverse el problema de las comunicaciones entre Marte y la Tierra, considerando que la señal tardaría 10 minutos en llegar.

Esto es una eternidad para los tiempos usuales en las telecomunicaciones terrestres, cuyas señales apenas tienen que recorrer unos escasos 36 000 kilómetros, hacia y desde los satélites artificiales geoestacionarios.

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¿Estabas al tanto de estas pruebas marcianas en la Tierra? ¿Qué te han parecido?