Conoce el antiguo templo de Afrodita en el que se practicaban curiosos rituales sexuales

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Todos hemos oído hablar alguna vez de Afrodita, la diosa griega del amor nacida de un mar de espuma formada por los testículos cercenados del dios Urano. Una deidad conocida por los romanos como Venus y cuyo legado está lleno de misterios, corazones, vanidad, belleza y sí, también sexo.

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En Pafos, Chipre, la Capital Europea de la Cultura de 2017, se sitúa un templo de Afrodita al que hace siglos los peregrinos no solo iban a honrar a su diosa... sino también a fornicar en su honor. 

Peregrinajes con final feliz

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En la mitad occidental de la isla de Chipre, convertida hoy día en paraíso de tiendas chinas, neones y resorts de lujo, yace Nea Pafos, lugar que engloba la antigua ciudad de Pafos, erigida en el siglo en el 1200 a. E. C. en torno a un  templo de Afrodita de origen micénico. Un lugar que desde tiempos ancestrales se convirtió en principal motivo de peregrinaje para hombres llegados de todo el Mare Nostrum con el objetivo de adorar a la diosa de la belleza.

Tras un terremoto que asoló la isla en el siglo IV a. E. C., la antigua Pafos y su templo se mantuvieron, pero se trasladó toda la actividad a una nueva ciudad, Nea Pafos. Rodeada de altos muros, la ciudad llegó a ocupar hasta 950 mil metros cuadrados, convirtiéndose en el corazón político y administrativo de Chipre. Al mismo tiempo, numerosos edificios de luminosos mosaicos (mujeres desnudas, pavos reales, diosas) fueron erigidos en la misma, razón por la que la Unesco nombró al Conjunto Arqueológico de Neo Pafos patrimonio de la Unesco dado su carácter de «iluminado álbum de la antigua Grecia». 

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Sería en aquella misma época cuando el historiador griego  Herodotus escribió acerca de «la costumbre babilónica de todas las mujeres de la isla, ricas o pobres, de caminar hacia el templo de Afrodita meses antes de su matrimonio y sentarse en la entrada a esperar a un extraño con el que interactuar (véase el eufemismo) al menos una vez en la vida». Por supuesto, si se le daba dinero a la doncella, esta debía aceptarlo. 

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Este es el principal motivo por el que se cree que además de paraíso cultural y glorioso del Mediterráneo, el templo de Afrodita ubicado en el conjunto de Neo Pafos fue uno de los primeros referentes del turismo sexual antes de la Era Común, teniendo en cuenta que se celebraban diversos rituales sexuales en honor a la diosa. Atraídos por la idea, los peregrinos llegaban buscando a jóvenes que, bien fueran de familias humildes o de la realeza, debían rondar el umbral del templo a fin de satisfacer a su diosa.

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Durante esta época de libertinaje «justificado», más concretamente en el 58 a. E. C., la ciudad fue adquirida por el Imperio Romano. Convertida en villa mediterránea de los emperadores, Neo Pafos se convirtió en lugar de negocio para árabes y otomanos, mientras los peregrinos seguían llegando desde todos los rincones de Occidente. De ahí que en el siglo IV d. E. C., el emperador Constantino decidiera terminar por completo con todos estos rituales forjados por los que consideraba como prostitutas y depravados.

Siglos después, Neo Pafos es un conjunto de columnas, teatros y necrópolis entre los que resaltan las ruinas de un templo que antaño contuvo los gemidos y bendiciones del primer referente del turismo sexual.

La Capital Europea de la Cultura 2017 es Neo Pafos, en Chipre, lugar cuyos gloriosos orígenes culturales podrían incluir también el encuentro entre peregrinos y doncellas que debían prostituirse en honor de una diosa, Afrodita, convertida aun hoy día en el principal reclamo comercial de esta isla mediterránea.

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