Combatir el matrimonio infantil: conoce la estrategia de Uganda para lograrlo

Los matrimonios infantiles representan una de las mayores causas de mortalidad en los países en los que se detecta de forma significativa esta tradición. Esta condenable tendencia ocasiona que muchas niñas mueran durante el parto de sus bebés, se contagien de VIH y pierdan su infancia para siempre. Lamentablemente, es la salida que sus familias encuentran para mitigar la pobreza.

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El matrimonio infantil es muy frecuente en muchos países subsaharianos, entre los que destaca  Uganda. A este respecto, hace dos años, el país lanzó una estrategia nacional con el objetivo de reducir las tasas de matrimonio infantil. Sin embargo, las niñas continúan casándose muy jóvenes.

La triste realidad de las niñas y adolescentes de Uganda

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Cuando Margaret tenía 15 años, sus padres le dijeron que se iba a casar con un granjero de 35 años. A pesar de que les rogó a sus padres para seguir estudiando, ellos necesitaban el dinero ─los 80 dólares que el futuro marido estaba dispuesto a pagar─.

Al poco tiempo de casarse, Margaret comprobó que su marido era violento y alcohólico. A los seis meses de violaciones y golpes, ella quedó embarazada.

Ya con 16 años y un niño que cuidar, Margaret siguió sufriendo la violencia de su esposo y luego de una brutal golpiza, tomó sus pocas pertenencias, su bebé y tomó un avión a lo de su hermana mayor.

La dura realidad que vivió Margaret también la sufre el 40 % de las mujeres ugandesas que se casan antes de los 18 años y que se ven obligadas a abandonar sus estudios. Además, aumenta su riesgo de pobreza y enfrentan problemas de salud relacionados al embarazo temprano.

Buscando revertir la situación

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El gobierno de Uganda es uno de los pocos de la África subsahariana que ha tratado de detener esta práctica. Desde 1995, se ha fijado por ley que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años. Sin embargo, como la mayoría de los matrimonios no están registrados, la ley es muy difícil de aplicar.

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Dado que los matrimonios infantiles siguen siendo prácticas comunes en el país, en 2015, el Ministerio de Género y Trabajó lanzó la Estrategia Nacional para Acabar con el Matrimonio de los Niños, un plan en colaboración con UNICEF.

La estrategia tiene como objetivo el  empoderamiento de las niñas para alcanzar la prosperidad y la transformación económica social del país.

Y desde su lanzamiento, más de 71 915 niñas han sido parte de programas de concientización que consisten en talleres voluntarios sobre salud sexual y reproducción. Por su parte, líderes comunitarios como maestros o curas se han comprometido con la protección infantil.

Lamentablemente, el porcentaje de niñas que se casan sigue siendo bastante consistente y sus principales factores son la pobreza y las normas culturales patriarcales.

Una estrategia basada en el trabajo y la educación

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El director de operaciones de la ONG local Uganda for Her Bernard Serunyigo cree que la solución consiste en nuevas oportunidades de trabajo y para ello trabaja en empoderar a las jóvenes mediante la educación y la formación profesional.

Para Serunyigo, no solo basta con decirles a las novias niñas que huyan, hay que darles lugares hacia donde correr. Es por eso que la organización establece espacios seguros para madres adolescentes en comunidades rurales, para planificar sus futuro, alejar sus miedos e identificar sus aspiraciones profesionales.

El gran problema es identificar a las niñas en riesgo antes de casarse. Pero con el club local sin fines de lucro llamado Kids Club ubicado en los barrios marginales de Kampala, la organización ha encontrado la solución.

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Dado que cada contexto es único, buscan construir mecanismos de referencia a través de los clubes de liderazgo juvenil que ayuden a defender la comunidad y cambiar la realidad de los jóvenes.

Estos clubes están situados en los barrios más pobres y  tienen programas para los adolescentes después de la escuela en donde se les da un espacio para discutir sus preocupaciones en torno a diferentes temas como el matrimonio infantil.

Incluso el lugar permitió salvar a una niña llamada Brenda que, con 13 años, dejó de asistir a la escuela. En el club, descubrieron que su madre quería casarla y lograron intervenir.

Estos clubes además les ofrecen refugio, vestimenta, cuidados médicos, apoyo y alimentos a los niños que se encuentran en la calle.

Si bien la formación profesional y las redes locales de jóvenes han probado ser más efectivas, también son más caras y los fondos asignados por el gobierno y UNICEF se están agotando rápidamente.

Pero a pesar de su costo, esta forma de intervenir en la comunidad ha probado disminuir el matrimonio infantil y sobre todo proporcionarles a las jóvenes las herramientas necesarias para valerse por sí mismas. Una gran iniciativa que muchos países deberían incorporar, ¿no crees?