7 vomitivas y desagradables cosas que pasaban (¡y aún pasan!) en la antigua China

7 repugnantes costumbres médicas, gastronómicas y culturales chinas, algunas de comprobada efectividad.

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7. Huevos cocidos en orina

Desde la antigüedad, la medicina china prescribe huevos cocidos en orina para mantener el cuerpo sano. Se toma una docena de huevos y se colocan en una cacerola llena de orina de niños prepúberes. Tras un rato de cocción, se rompe un poco la cáscara y se vuelven a cocinar en el pipí. En Dongyang, la receta es patrimonio cultural y hay recipientes en las escuelas para recoger el pis de los chicos menores de 10 años.

6. Baños perniciosos

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Los chinos de las regiones del norte pasaban todo el invierno sin bañarse ni limpiarse con agua por miedo a enfermar. Los taoístas creían que las enfermedades se propagaban con los baños, manteniéndose todo lo lejos posible del agua y el jabón. Sin embargo, los médicos recomendaban lavarse las axilas con orina.

5. Piojos de vida o muerte

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Los chinos antiguos vivían tan infestados de piojos que los médicos utilizaban el comportamiento de los pequeños insectos para hacer sus diagnósticos de salud. Según un viejo documento médico chino, si los piojos se arrastraban por todo el cuerpo, el paciente sobreviviría. Si los animalitos se alejaban del cuerpo, el pronóstico médico era de muerte.

4. Eunucos privilegiados

Los eunucos eran muy demandados por la enorme burocracia imperial china, especialmente durante la dinastía Ming. Padres de familias extremadamente pobres castraban a sus chicos con la esperanza de que en el futuro pudieran trabajar en alguno de los 980 edificios de la Ciudad Prohibida, donde al menos tenían asegurada buena comida.

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3. Pastillas de orina

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Los chinos hervían grandes cantidades de orina humana en enormes cacerolas, hasta que el agua se evaporaba, quedando en el fondo los componentes sólidos, que recibían el nombre de « mineral de otoño». Con estas sales hacían unas grajeas que tomaban con fines medicinales.

2. Jarabe de heces

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Con el popó no hacían pastillas sino un jarabe llamado « sopa amarilla», que los médicos chinos ordenaban beber para curar los problemas de digestión. Casi dos mil años después, la medicina occidental descubrió la virtud del tratamiento. Las bacterias de la flora intestinal de una persona sana pueden ayudar a curar a una persona enferma. Solo que las bacterias se ponen en el cuerpo del paciente por otros métodos.

1. Costras de viruela

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La medicina china descubrió el principio de funcionamiento de las vacunas varios siglos antes que Occidente. Las costras que soltaban  de la piel los enfermos de viruela eran recogidas y dadas a comer a las personas que no habían contraído la enfermedad como medida preventiva.