Cuando abandonamos la gran ciudad y nos acercamos a la costa, diversos pueblecitos se nos antojan perfectos lugares de relax en los que, por otra parte, creemos que tampoco podríamos vivir durante muchos años.
6 pueblos costeros a los que nos gustaría retirarnos


Sin embargo, poco después volvemos a la jungla de asfalto y en la intimidad de nuestro salón seguimos añorando uno de esos 6 pueblos costeros a los que nos gustaría ir y a los que, posiblemente, quizás tú aún no hayas ido.

#6 Las Negras (España)
Entre tierras volcánicas y junto a un Mediterráneo enigmático, el pueblo blanco de Las Negras, en el almeriense Cabo de Gata, se convierte en la meca hippie de un verano en el sur de España gracias a sus bares de tapas alternativos, la onda nómada que empaña esas calles de aromas marinos, las tiendas de abanicos y jarapas o su condición de umbral hacia la ruta que nos conducirá a la Cala de San Pedro, uno de los últimos paraísos hippies de Europa.

#5 Manarola (Italia)
Uno de los pueblos más fotografiados del mundo debe su encanto al color de unas casitas encaramadas sobre salvajes acantilados en la costa italiana de Liguria.
A nuestro paso por uno de los pueblos de la conocida como Cinque Terre, la calidez de las trattorias, lo balcones floridos y las veredas solitarias completan una visita que supone todo un desafío para los sentidos.

#4 Oia (Grecia)
El considerado como el pueblo con el mejor atardecer del mundo yace en la eterna isla griega de Santorini y su acceso es obligado de realizar a lomos de un burrito típico.
Oia es un laberinto de casas blancas entre las que flota el aroma a mussaka y las terrazas coloridas se inclinan hacia una Caldera en la que muchos ubican la posición de la Atlántida.

#3 Knysna (Sudáfrica)
Según muchos, este pueblo de la costa sudafricana posee las mejores ostras del país, una excusa perfecta para dejarnos conquistar por un lugar en el que no podríamos negarnos a pasar una temporada.
Knysna se sitúa junto a un gran lago formado por un Atlántico que se cuela entre dos acantilados, dotando de una paleta de colores verdes y azules a este paraíso perdido que encontraremos a nuestro paso por la famosa Ruta de los Jardines.

#2 Paraty (Brasil)
A cuatro horas de Rio de Janeiro, un pueblo de encanto colonial brilla entre el verde de un trópico superlativo, junto a las aguas del océano Atlántico.
Paraty es todo lo que podemos pedirle a un lugar de descanso lejos del turismo y bullicio de Brasil: una parada en la que deleitarnos con el buen pescado, adentrarnos en la selva a través del conocido Gold Trail o reposar en playa Lulas, al norte del pueblo.

#1 Hoi An (Vietnam)
Situada en la provincia costera de Quang Nam, Hoi An es una ciudad pequeña cuyo casco antiguo fue designado por la Unesco tras ser considerado como el perfecto prototipo de puerto comercial asiático. Una vez nos adentramos en este "pueblo grande" descubrimos un patrimonio monumental espectacular, callejuelas secretas y unos farolillos de seda convertidos en pieza de artesanía típica, cuya presencia nos transportan a un pequeño microcosmos de luces naranjas.
Estos 6 pueblos costeros cumplirán algunas de tus mayores fantasías: la brisa recorriendo tu habitación, el sonido del mar susurrando nanas nocturnas y un ambiente relajado y animado para según qué ocasión. Todo ello, por supuesto, envuelto por algunos de los escenarios más bellos del mundo.
¿A qué pueblo te gustaría a ti retirarte?







