3 importantes cosas que tienes que saber sobre la basura electrónica que generas

Chatarra electrónica, desechos electrónicos, basura electrónica. Los términos son utilizados de manera intercambiable, pero se trata de algo muy fácil de identificar. Son todos los equipos que tiramos, todavía operativos o no, que se alimentan de energía eléctrica. Desde el lavavajillas hasta el ordenador, pasando por el móvil y el refrigerador.

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Hombres con dos manos y tres móviles

El televisor y el horno microondas no los tiramos con mucha frecuencia, al menos en Latinoamérica. Los estadounidenses son un poco más desprendidos y contribuyen en mayor medida a la contaminación del planeta, por el malestar que empiezan a sentir tan pronto un aparato alcanza un año de uso, ante la incómoda sospecha de que ya sea anticuado. Con los móviles todos nos parecemos un poco más y, de ser posible, corremos a la tienda a adquirir la última versión. Hace solo unos pocos años, había un teléfono móvil por cada dos personas; ahora a cada persona le corresponde, en promedio, más de uno.

En 2014, dos importantes curvas ascendentes se cruzaron. A partir de ese año, ya hay más teléfonos móviles en el mundo que seres humanos y mira que el crecimiento poblacional es muy vigoroso, en verdad demasiado para los limitados recursos del planeta. Hay asistentes de altos ejecutivos cuyo principal trabajo es cargarle la colección de móviles a su jefe; andan un poco menos atareados si al hombre no le gusta hablar mucho por el teléfono reservado para la esposa, o si recientemente estrelló contra la pared el dedicado a una novia que lo dejó por su terrorífica agenda.

¿Sabes cuánta basura electrónica generas?

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Los mexicanos desechan anualmente unas 300 000 toneladas de basura en aparatos electrónicos. Los argentinos y colombianos no van demasiado lejos. Mencionamos a estos 3 países por ser los más poblados de Latinoamérica, pero, en términos percápitas, los índices son parecidos en todas partes. Solo una fracción de esta basura es reciclada. Una curiosidad; en algunos países, más de un 90 % de los desechos electrónicos están guardados en casa. Si están a buen resguardo, salvo congestionar closets y gavetas, el problema es mínimo. El mal asunto comienza cuando se tiran y se rompen.

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Los aparatos eléctricos y electrónicos más comunes son portadores de cuatro metales que pueden ser muy dañinos para la salud y/o el medio ambiente. Estos son el mercurio (Hg), el plomo (Pb), el cromo (Cr) y el cadmio (Cd). Algunos añaden arsénico ( As) y otros compuestos peligrosos. Luego están los plásticos, cada vez más presentes en todo bicho con cables, los cuales necesitan cientos si no miles de años para degradarse. Los metales comunes, como el acero o el aluminio ( Al), son menos inamistosos con el ambiente, pero son cada vez menos utilizados en los productos electrónicos, por su mayor peso y costo.

La modernización de una vieja pobreza

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Algunos de los países más pobres, principalmente en Asia y África, han conseguido sumar un moderno clavo a su vieja cruz: son vertederos de desechos electrónicos. La principal «razón» es que la recuperación y reciclaje de parte de la basura electrónica es una fuente de ingresos para las personas de bajos recursos.

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No es mentira, pero es una solución deplorable, tanto para la gente de esos países como para el medio ambiente. A pesar de que la exportación de esta basura está prohibida, los involucrados en el negocio logran burlar los controles. Es muy costoso (para el bolsillo de algunos) reciclar en los paises desarrollados porque es un trabajo muy intensivo en mano de obra. En China hay un vertedero tan grande, que ocupa a más de 150 000 personas, que desde lejos parecen hormigas trajinando por un enorme terrón, no de azúcar, sino de trastos.

Al vertedero de Agbogbloshie, Ghana, llegan anualmente más de 7000 contenedores navieros repletos de desechos electrónicos, procedentes principalmente de Estados Unidos y Europa. El nivel de plomo en el suelo del lugar es mil veces mayor que el normal. El plomo  es letal para la salud, afectando particularmente el cerebro, las glándulas endocrinas, el aparato urinario y el sistema reproductor.

No cabe duda que la única forma de conseguir una concientización global sobre el problema, que lleve a acciones efectivas y sustentables, es que cada país se ocupe de sus propios desechos. Mientras un país pueda barrer su basura debajo de las alfombras de otro, no habrá solución. Sin olvidar la mejor acción: que consumamos menos cosas innecesarias y haya menos que tirar. La ciencia está intentando ayudar con los robots aplicados al reciclaje, pero todavía andan en pañales.

¿Sabes cuántos kilos de basura electrónica generas cada año? ¿Sabes a dónde va?