¿Preparada para un GRAN cambio?
25 lugares que tienes que visitar antes de morir, ¡cambiarán tu vida!

Siempre nos decimos a nosotros mismos que viajaremos a todos esos lugares con los que soñamos en secreto, aun si damos más prioridad a otros asuntos y posponemos progresivamente todos esos grandes planes.
Es por ello que, para que cambies la racha, vamos a tentarte con estos 25 lugares del mundo que tienes que visitar antes de morir.
Grand Canyon (Estados Unidos)

Un águila sobrevuela las rocas ocres y el atardecer ilumina los desfiladeros tallados por un río Colorado que da vida al lugar más impresionante de Estados Unidos.
Antiguo patio de recreo de tribus indias como los navajos, actualmente el Grand Canyon se divide en dos áreas: North Rim y South Rim (ésta última la más masificada), ideales para descubrir tras surcar el Bright Angel Trail.
La Habana (Cuba)

En un año en el que se avecinan grandes cambios para la isla caribeña, viajar a Cuba es más que un capricho, una necesidad.
Su capital es la mejor máquina del tiempo gracias a su encanto colonial, los colores de sus fachadas, la presencia de esos famosos Cadillacs de los cincuenta y el encanto de unos locales que tocan trompetas en los portales y bailan salsa en las plazas.
Chichen Itza (México)

México es un país de mil contrastes, de pueblecitos en cuyas calles se escuchan rancheras, de bullicio en el DF o arte colorido en la ciudad cervantina Guanajuato.
Sin embargo, a nivel histórico, el país norteamericano destaca especialmente gracias a Chichen Itza, los mejores vestigios de una sociedad maya entre cuyos orgullos luce, imponente, el Templo de Kukulcán.
Cartagena de Indias (Colombia)

La ciudad que encandilara a Gabriel García Márquez es un espectáculo de balcones floridos, "palenqueras" que agitan sus caderas con fruta en la cabeza e iglesias coloridas que dan la bienvenida a un turista dispuesto a perderse entre las calles de barrios como Getsemaní, quinta esencia del encanto del Caribe colombiano.
Rio de Janeiro (Brasil)

La ciudad más gloriosa del país carioca no sólo despunta por ser la sede del carnaval más famoso del mundo, sino por el exotismo que destilan playas tan míticas como Copacabana o Ipanema, las aves de colores que descienden de las montañas y se entremezclan con los locales, el color y ritmo de sus favelas o, especialmente, las vistas desde ese Cristo de Corcovado que recibe con los brazos abiertos a nuevos visitantes.
Machu Picchu (Perú)

Tras dejar atrás el mítico Camino Inca que todo backpacker en territorio peruano debe surcar, la ciudad más importante del imperio inca se despliega ante nosotros entre las cumbres más altas de los Andes.
Residencia de verano del gobernante Pachacútec a mediados del siglo XV y complejo ceremonioso para diversos rituales del Perú precolombino, Machu Picchu es, posiblemente, el vestigio más importante del pasado de Sudamérica.
Tromsø (Noruega)
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Posiblemente, esta ciudad nórdica desconocida no habría sido incluida en esta lista si no fuera por el hecho de que se trata de uno de los mejores lugares desde los que avistar las famosas auroras boreales, ese espectáculo psicodélico exclusivo de los países nórdicos cuyas estelas de colores se dibujan en los cielos entre los meses de octubre y marzo. Imprescindible.
Moscú (Rusia)
La capital rusa es una de las ciudades más grandes del mundo y la mejor prueba de esa cultura soviética que explota en los colores de las cúpulas de la Catedral San Basilio o el complejo de la Plaza Roja-Museo Kremlin, dos de lo muchos highlights de esta gélida metrópolis aderezada de arte y un sinfín de catedrales que nos transportan a la Rusia zarista de principios del siglo XX.
Islas Hébridas (Reino Unido)

La obligada Londres no es el único lugar a visitar en Reino Unido, un país que engloba desde las deliciosas campiñas de Cheshire hasta el encanto de ciudades como Manchester.
Si ascendemos algo más hacia el norte saltaremos hasta las islas escocesas en las que la escritora Virginia Woolf escribió acerca de faros solitarios, bahías nostálgicas y castillos erigidos en los abruptos acantilados que componen la isla de Skye, a modo de mejor representante de esas islas Hébridas enigmáticas, mágicas.
París (Francia)

La ciudad más romántica del mundo es uno de los destinos más ensoñadores gracias a la presencia de la icónica Torre Eiffel, sus amplios bulevares, el ambiente bohemio de Montmartre, los paseos en bateaux por las aguas del Sena y sí, también las compras en Campos Eliseos.
La Alhambra (España)

El monumento más visitado de España aún parece suspirar los recuerdos del período andalusí en el que los conquistadores árabes se instalaron en la cumbre del cerro de la Sabika, en la ciudad de Granada, para marcar su liderazgo en forma de suntuoso y exótico palacio. Allí destacan lugares como su famosa Fuente de los Leones o la buganvilla y naranjos del jardín del Generalife.
Como complemento nada mejor que una noche de tapas y flamenco en una de las cunas andaluzas de la gastronomía.
Roma (Italia)

La capital italiana vibra aún al son de los viejos clamores del Imperio Romano a juzgar por ese famoso Coliseo, la posición estratégica de la Fontana de Trevi, el bullicio de la Plaza de España o el encanto de sus más de 900 iglesias.
Roma es historia, encanto europeo, pizza, pasta y sabores ocultos y, en definitiva, uno de los mejores expositores de la obra del hombre occidental.
Santorini (Grecia)

La isla más famosa de las Cícladas, en el mar Egeo, tiene forma de media luna y queda salpicada por pequeños pueblos blancos que harán las delicias de los amantes de un Mediteráneo que alcanza su mayor encanto en esta isla en la que muchos señalan la original ubicación de la Atlántida.
Paseos en burro entre los molinos, atardeceres desde las terrazas floridas del pueblo de Oia o una jornada en su famosa Playa Roja son solo algunos de los highlights a experimentar durante nuestro paso por este paraíso mediterráneo.
Pamukkale (Turquía)

La antigua Constantinopla, o Estanbul, se convierte en el no menos estimulante punto de partida hasta una de las rarezas más hipnóticas del gigante turco: las terrazas de Pamukkale.
Estas son un conjunto de balcones blanquecinos rellenos de aguas turquesas (y sanadoras) utilizadas como particular "spa" de los romanos que veraneban en la cercana ciudad de Hierápolis.
Djema el Fnaa (Marruecos)

El país más visitado del Magreb cuenta con demasiados atractivos: desde el pueblo azul de Chaouen hasta el encanto de Casablanca.
Sin embargo, si tuviera que elegir un lugar concreto, yo me quedo con Djema el Fnaa, la plaza más grande de Marrakech y vibrante espíritu de ese mundo árabe de encantadores de serpientes, comerciantes de especias, bailarinas exóticas y hechiceras que siguen leyendo la palma de la mano.
Complejo de Giza (Egipto)

El complejo de pirámides más importante de Egipto data de hace más de 4 mil años y es la última de las Antiguas Maravillas del Mundo que ha sobrevivido a los caprichos del hombre y la naturaleza.
Seis pirámides, entre la que destaca la famosa Keops, o la majestuosa Esfinge, son algunos de los highlights a admirar durante nuestra visita a los vestigios de un Antiguo Egipto al que la contaminación o el turismo masificado no terminan de sentarle demasiado bien.
Kenia (África)

¿Quién no ha soñado alguna vez con esos atardeceres anaranjados tan solo interrumpidos por los cuellos de las jirafas? El país de África Oriental es uno de los obligados a visitar en el continente gracias a la presencia del Serengeti y sus safaris, experiencia que nos traslada a través de esa sabana en la que moran los leones, ríos entre cuyas aguas los hipopótamos bostezan y llanuras sorteadas por antílopes.
Luego vendrán el Delta del Okavango, en Botsuana, o Namibia; habrá tiempo.
Petra (Jordania)

La conocida como Ciudad Rosa de Oriente Medio luce inmortal como una de las proezas más asombrosas de la humanidad gracias a esos templos excavados en las rocas del desierto por el pueblo nabateo en año VI a.C. Todo un espectáculo para los sentidos e ideal para amantes que adoren explorar los rastros de la historia entre los silencios de Arabia.
Taj Mahal (India)

El monumento más importante de la India fue erigido en el siglo XVII por el príncipe Shah Jahan en honor a su difunta esposa, Mumtaz Mahal. Un mausoleo cuyo romántico simbolismo dio como resultado este espectáculo arquitectónico ideal para visitar durante uno de esos atardeceres místicos a nuestro paso por el siempre único subcontinente hindú.
Bagan (Birmania)

Entre las nubladas llanuras de lasmesetas del corazón de Birmania comienzan a percibirse tonos dorados. Y, a medida que el amanecer avanza, somos testigos de las estupas y pagodas que conforman la antigua capital del que es uno de los países más prometedores de Asia. Así es Bagan, el secreto que Birmania guarda bajo un telón de nubes y misterio.
Angkor (Camboya)

La ciudad del antiguo imperio jemer, el cual bebía de influencias hindúes, simboliza los picos del Monte Meru al que este país del sudeste asiático veneraba en la Antigüedad.
Erigido a principios del siglo XII, Angkor no sólo fue el boceto de la ciudad industrial que todos conocemos hoy día, sino que el encanto de esos templos entre cuyos tejados se cuelan los bastos árboles del algodón de seda lo convierten en uno de los monumentos más gloriosos del mundo.
Ha Long Bay (Vietnam)

Declarada patrimonio de la Unesco en 1994, esta "Bahía del Dragón Descendiente" debe su nombre a la creencia de que, antiguamente, los locales utilizaron dragones que vomitaban llamas color esmeralda para elevar muros contra sus invasores.
Los restos de esos "muros" son hoy los casi 2 mil islotes que salpican el mayor orgullo de Vietnam, un laberinto de cuevas, formaciones de caliza y playas secretas en las que el verde exótico prevalece por encima de todos los colores.
La Gran Muralla China (China)

En el siglo VII a.C. los primeros tramos de muralla fueron elevados para defender a la nación china de los ataques de las tribus de las estepas. Poco a poco, los nuevos dirigentes de China fueron añadiendo tramos y tramos hasta dar como resultado la Gran Muralla que hoy todos conocemos.
21 mil kilómetros de paseo por la historia del país asiático, el arte de fotografiar atardeceres o tramos tan apasionantes como Mutianyu o Jiankou, ambos accesibles desde la ciudad de Pekín, engloban la experiencia de visitar esta serpiente de piedra que descansa sobre las montañas.
Tokio (Japón)

El país nipón posee demasiados encantos: el ambiente zen de Kioto, el exotismo de las islas de Okinawa, las vistas al Monte Fuji y, especialmente, una ciudad de Tokio visualizada en nuestras mentes como la ciudad singular y pseudofuturista que es.
Hoteles en cápsulas, barrios en cuyos bares los robots sirven sushi, mercados de pescado enormes, edificios que quitan el aliento o la encrucijada más bulliciosa del mundo, Shibuya Crossing, son algunos de los principales estímulos de la ciudad más curiosa del mundo.
Gran Barrera de Arrecife (Australia)

Más de 2 mil kilómetros de corales envuelven la costa este de Australia que alberga bajo sus aguas peces de todos los colores (con el pez payaso como gran protagonista) y arrecifes laberínticos en los que asombrarse con las maravillas naturales del que es el único ecosistema visible desde el espacio exterior.
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Estos 25 lugares que debes visitar antes de morir simbolizan un mundo en el que la naturaleza (y el hombre) han conseguido hacer de sus ciudades, islas, parques y playas los mejores testigos de un planeta Tierra único, lleno de colores, matices y formas que en algún momento debes visitar ya no solo por placer, sino por pura obligación existencial.
¿Cuál de estos lugares es el que más ganas tienes de visitar?







