15 datos sobre la etapa REM del sueño que quizá desconocías
Al dormir, habrás notado que la profundidad del sueño no es la misma durante toda la duración del descanso. Nuestro cerebro y nuestro cuerpo atraviesan distintas etapas mientras estamos durmiendo, entre la que se destaca la fase REM. Su nombre proviene de la abreviación de Rapid Eye Movements (Movimientos Oculares Rápidos; de allí, sueño MOR).
Durante la etapa de sueño MOR, las personas estamos profundamente dormidos, nuestros músculos están relajados y pueden apreciarse los movimientos oculares típicos, que son visibles si se observan los párpados de un durmiente durante esta etapa. Además, se dan alteraciones en la frecuencia cardiaca, respiratoria y otras muchas curiosidades que te contaremos en estos 15 hechos sobre el sueño REM.
15. Las cinco etapas del sueño
Se distinguen dos etapas en el período de sueño: la fase de sueño lento o NO REM, y la fase de sueño rápido o REM. El sueño NO REM se divide en cuatro sub-etapas: etapa I, etapa II, etapa III y etapa IV. Estas sub-etapas son sucesivas e indican un sueño cada vez más profundo; en la etapa 1 el sueño es más ligero y la persona todavía es capaz de percibir la mayoría de los estímulos auditivos y táctiles; la etapa 4 es la de mayor profundidad del sueño, en la que la actividad cerebral es más lenta. Esta última etapa es esencial para la recuperación física y, especialmente, psíquica del organismo.
14. Soñar como si estuviéramos despiertos
Estar en el sueño REM es muy parecido a estar despierto. Durante esta etapa, la actividad cerebral, frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria son similares a las que experimentamos durante las horas de vigilia.
13. Despertar de repente
Es común para despertar durante un corto periodo de tiempo al final de una fase REM y luego volver a dormirse. Se trata de esos breves momentos en que nos despertamos y tenemos una pequeña noción de dónde estamos y de todo lo que sucede a nuestro alrededor.
12. Soñar no cuesta nada
Entramos en el sueño REM aproximadamente 5 veces en un período de 8 horas de sueño, y si contamos cada período como un sueño diferente, tendremos 1.825 sueños en el año.
11. Parálisis muscular
El tono muscular es nulo durante la fase REM, impide que la persona dormida materialice sus alucinaciones oníricas y pueda hacerse daño. Es por eso que tenemos esa horrible sensación de inmovilidad cuando estamos soñando. No importa cuánto te esmeres por moverte, tus músculos no responderán.
10. Sonambulismo
Tal como te explicamos en el punto anterior, el sueño REM se caracteriza por la inmovilidad. Es por eso que, contrario a lo que la mayoría supone, el sonambulismo no sucede durante esta etapa, sino durante la etapa IV del sueño NO-REM. Normalmente, estas alteraciones del sueño se dan entre el sueño y la vigilia, es decir, alrededor de los 45 minutos después de haberse acostado la persona.
Durante el episodio de sonambulismo la persona puede incorporarse en la cama, o incluso levantarse y deambular por su cuarto o la casa, todo ello sin despertarse, ni ser consciente de lo que le sucede, aunque tenga los ojos abiertos.
9. La cantidad de sueño REM varía con la edad
La cantidad de sueño REM que tiene una persona, cambia en relación a la edad. Un bebé recién nacido pasa más de un 50-80 por ciento del tiempo que duerme en sueño en REM, mientras que las personas mayores de 70 años pasan menos del 10 por ciento de sus horas de sueño en la fase REM.
8. Descubrimiento del sueño REM
Los científicos descubrieron esta etapa del sueño en 1953 cuando se desarrollaron nuevas máquinas para monitorear la actividad cerebral. Antes de este descubrimiento se creía que la mayoría de la actividad cerebral cesaba durante el sueño.
7. Movimientos oculares
Durante el sueño REM, los ojos se mueven en conjunto con su visión en el mundo de los sueños. Estos movimientos pueden observarse con sólo mirar los párpados de la persona que duerme.
6. Gran actividad cerebral
Como podrás imaginar, para evocar un sueño el cerebro tiene que ser muy activo. Durante la vigilia, el cerebro percibe y reacciona ante el mundo, pero cuando dormimos el cerebro también debe crear todo el entorno de nuestros sueños. Por lo tanto, tiene sentido que la actividad mental sea muy alta durante el sueño REM.
5. Sucesión de etapas
Una vez finalizado el sueño REM, volvemos a la Etapa I de la etapa No-REM y el ciclo comienza otra vez, durante todas las horas que estemos durmiendo. Desde el inicio del sueño hasta el final del primer episodio REM, pasan alrededor de 90 minutos.
4. La siesta no debe durar demasiado
Durante la siesta, es conveniente no llegar a la fase REM del sueño. Si llegamos al sueño profundo y nos despertamos, tendremos una sensación de aturdimiento que nos resultará desagradable y será molesto volver a nuestras actividades cotidianas. Por ello se recomienda que la siesta no supere los cuarenta y cinco minutos. En este sentido, algunos estudios incluso defienden una duración del descanso de quince minutos.
3. ¿Por qué algunas personas recuerdan mejor los sueños?
La gente que habitualmente recuerda sus sueños muestra más actividad espontánea en una región del cerebro llamada unión temporoparietal. Las diferencias ocurren sólo durante el sueño, sino también cuando estas personas están despiertas. Otras investigaciones revelaron que las personas que se acuerdan más de lo que sueñan también reaccionan más a los sonidos que tienen lugar cuando sueñan (y cuando están despiertas).
De todas maneras, olvidamos el 90 por ciento de nuestros sueños. Dentro de los cinco primeros minutos luego de despertar, la mitad del sueño se ha olvidado.
2. Erecciones nocturnas
La creencia popular atribuye las erecciones matinales o nocturnas a las ganas de orinar o a sueños eróticos, pero esto no es así. Este tipo de erecciones son automáticas durante el sueño, pero no de vez en cuando, sino en cada fase REM del sueño.
Este proceso es tan normal que los médicos que tratan las disfunciones sexuales lo usan como referente: si tienen dudas disfunción sexual de un hombre, analizan sus erecciones nocturnas: si las erecciones nocturnas son normales en cuanto a su número, duración y rigidez, el problema es psicológico; si por el contrario las erecciones nocturnas son escasas en número, en duración o en rigidez hay, el problema es físico.
1. Incorporamos realidad a nuestros sueños
Nuestra mente interpreta los estímulos externos con los que llegan a nuestros sentidos cuando estamos dormidos y los convierte en parte de los sueños. Esto significa que a veces en nuestros sueños oímos un sonido de la realidad y lo incorporamos de alguna manera. Por ejemplo, si escuchas la lluvia mientras duermes, puedes soñar que estás en un río, en el mar o en cualquier otro ambiente acuático.
¿ Conocías estas curiosidades sobre el sueño REM? ¡Cuéntanos tu experiencia!