¿Qué fue de los payasos espeluznantes?

a) Nunca fue una alarma real, sino una broma pesada

Este agosto en Green Bay, Wisconsin, un payaso se paseaba por la noche con cuatro globos negros penando por las calles. Los vecinos lo denunciaron durante días hasta que Gags, The Green Bay Clown, desveló que era el autor de una pequeña película de terror que estaba promocionando. Unas semanas antes en Greenville, Carolina del Sur, un grupo de niños habían alertado de que unos payasos trataron de llevarlos al bosque. El caso fue reportado a la policía que no encontró ninguna evidencia del suceso.

A partir de ese momento los conocidos como "avistamientos de payasos" se sucedieron por todo el país. Pero estas apariciones ya habían ocurrido antes. Se remontan a los años 80 y no solo se circunscriben a Estados Unidos. En 2014 y en 2015, por las mismas fechas del otoño, rondando Halloween, también se vieron payasos espeluznantes. Y llegó 2016 y con él unas de las apariciones de payasos espeluznantes más virulentas. Desde agosto hasta octubre se reportaron casos ( algunos reales, otros falsos) en al menos doce estados -- Wisconsin, Kentucky, Michigan, Atlanta, Virginia, California, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Alabama, Nueva York, Ohio, Florida, Conneticut--.

Las teorías sobre lo que estaba ocurriendo eran diversas. Algunos apuntaban a que podía ser una tempranísima promoción de la secuela de la película 'It', basada en el libro de Stephen King protagonizado por Pennywise, el auténtico payaso espeluznante y que se estrenará en 2017. Descartada esta opción solo quedaba creerse la realidad: el fenómeno era una gamberrada que se iba contagiando y provocó que algunos pocos se vistieran de payaso para pasearse o grabarlo, difundirlo y así amplificar la dimensión del fenómeno y otros, la mayoría, reportaran casos inventados a la policía.

A pesar de que se cerraron colegios por precaución ante amenazas de supuestos payasos que actuaban a través de grupos de Facebook, y de que se generó cierta alarma social, todos los detenidos y perjudicados por esta moda fueron o bien los propios creepy clowns, o bien personas que reportaban casos falsos a la policía.

El episodio de los payasos se convirtió en su propia caricatura cuando McDonalds cesó las apariciones públicas de Ronald McDonald para que no se asociara a los creepy clowns. Los payasos de verdad hicieron alegatos en defensa de su profesión, Stephen King salió a defenderlos, y muchos medios escribieron sobre por qué los payasos nos dan miedo. En una conferencia de prensa en la Casa Blanca se preguntó a Josh Earnest, secretario de prensa de Obama, por el fenómeno de los payasos. Earnest respondió que el FBI estaba al tanto. Hubo algunas tiendas que dejaron de vender máscaras de payaso terrorífico por Halloween. Y de pronto la locura cesó. El número de apariciones comenzó a bajar. Se coló alguna noticia de otros países como un hombre que se vestía de Batman para cazar payasos en Inglaterra, pero los medios dejaron de hacer caso y la epidemia se controló hasta desaparecer.

b) Les dejamos de hacer caso y desaparecieron

El patrón de este contagio sigue el de la mayoría de las tendencias: algo novedoso se imita, se vuelve viral y en cuanto deja de ser novedoso y alcanza una difusión suficientemente alta como para no generar sorpresa ni exclusividad se va desvaneciendo hasta desaparecer.

La propagación del fenómeno queda ilustrada a través de Google Trends, la herramienta de Google que mide el número de búsquedas de un término. Entre finales de agosto y mediados de octubre de 2016 las búsquedas del término "creepy clowns" en Estados Unidos registraron un pico brusco que después cayó de forma dramática. Las apariciones de payasos en los meses de octubre de 2014 y 2015 también reflejan un pequeñísimo aumento de búsquedas, pero no es comparable a la fiebre de 2016. Por qué este año prendió la mecha de los payasos es algo que desconocemos, aunque sí sabemos que ha sido un año muy raro.

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