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Instagram y Snapchat: ¿en la red importa quién lo inventó primero?

Es la comidilla del momento: Instagram "copió" a Snapchat y los usuarios se dividen a favor y en contra. Que no cunda el pánico: lo que estamos viendo es la gran batalla por el dominio del tiempo de exposición a los móviles.

¿Quién copia mejor pega dos veces?
¿Quién copia mejor pega dos veces?
Imagen Giphy.com

“Y ahora Instagram quiere matar a Snapchat”, se lee, en inglés, en español, en las distintas redes sociales.

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Instagram Stories no significa que Snapchat vaya a desaparecer”, contrarrestan muchos otros.

La cuestión es simple y responde a una sola variable: Facebook es el rey del mundo. Y es el dueño de Instagram. Y por lógica elemental de negocios no puede darse el lujo de mirar el avance estratosférico de Snapchat sin intentar hacer algo al respecto.

Pongamos un poco de contexto. De acuerdo con este estudio sobre redes sociales y su impacto en la vida diaria , en el mundo hay 2.3 billones de usuarios activos de redes sociales, cada uno con 5.5 cuentas de social media. Cada día se suman un millón de personas al universo de las redes sociales. Nada más entre Facebook Messenger y WhatsApp se intercambian 60 billones de mensajes diariamente.

El meollo del asunto: los usuarios de Snapchat miran en promedio 6 billones de videos todos los días. Los de Facebook… 8 billones. Ooops. Eso es demasiado cerca. Y, por supuesto, el ataque de Zuckerberg y compañía tendría que venir por Instagram que, a diferencia de la propia Facebook –que tiene una transversalidad plena en edades-, es una red social muy querida por los adolescentes, target natural de Snapchat. De acuerdo con los mismos datos de Brandwatch, el 32% de los teens estadounidenses menciona a Instagram como su red social favorita, en la que se suben 80 millones de fotos cada día por sus ya más de 400 millones de usuarios en el mundo.

¿El que mejor copia pega dos veces?

La pregunta es si se vale copiar los fundamentos, como es evidente que Instagram Stories está haciendo con Snapchat. El propio Kevin Systrom, CEO de Instagram, ha admitido que todo el crédito es de Snapchat. De ahí que no haya ninguna casualidad en la idea de que los usuarios puedan compartir fotos y videos con gráficos, letras y trazos coloridos que desaparecen en 24 horas. La respuesta inmediata es: si no hay ilegalidad, por supuesto que se vale. De otra manera no se entendería, por ejemplo, la historia de Disney-Pixar-Dreamworks. De Apple y Samsung. De Hollywood y Hollywood. De la famosa estrategia “search & reapply” de Procter & Gamble. De todos los cantantes pop juveniles que uno quiera mencionar. De todos los grandes competidores, pues.

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Es la guerra. Todo el objetivo es por la dominación absoluta del tiempo de exposición a los móviles.

En el artículo que publica Joe Lazauskas en The Content Strategist, de contently.com, desde el título se asoma la hermosa ironía de este caso: Brands are like teenagers, so Instagram copied Snapchat (Las marcas son como adolescentes, así que Instagram copió Snapchat). El autor comenta: “Instagram no pretende ser original. Y hay varias teorías que flotan en el ambiente. Unos piensan que es lógico copiar las mejores cosas de tu competencia. Basta con mirar cómo todo el mundo ha copiado el newsfeed de Facebook. Pero en realidad esta copia que estamos viendo se trata de una cosa muy específica: de inseguridad”.

No hay nada nuevo bajo el sol, pues. Un competidor busca y reaplica. Pero, sobre todo, las huestes de Systrom entienden que la mayor virtud de Snapchat es la de haber creado un ambiente de seguridad para los adolescentes. Si bien la movida no es sólo para hacer sentir “más cómodos” a los usuarios, la inclusión de la gran fortaleza snapchatera en la mayor debilidad instagramera tiene un objetivo obvio: la publicidad. Sí, porque las marcas son como teenagers y siempre quieren estar metidas en el hit parade de la popularidad.

No importa si Snapchat tiene 200 millones de usuarios (la mitad de los que tiene Instagram). Importa que se lanzó en 2011 y en el 2015 y lo que va de 2016 ha sido la red de mayor crecimiento en el mundo. Mientras que Instagram se lanzó casi un año antes (octubre 2010), fue adquirida en $1 billón de dólares por Facebook dos años después, y fue la red de mayor crecimiento en 2013 y 2014.

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Se trata, a fin de cuentas, de quién logra convencer a la caprichosa voluntad de los caprichosos internautas y de quién se queda con más dólares de publicidad.
En la guerra y en el amor todo se vale.


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