De minúsculo a musculoso: cómo ha cambiado el cuerpo de las gimnastas olímpicas

Cuando presentaron la foto oficial del equipo de gimnasia de USA que participaría en los Olímpicos de Río, no fue difícil percatarse de los brazos bien formados y fuertes que todas lucían con orgullo o notar esas espaldas cuadradas y de músculos perfectamente definidos que protagonizaron muchas de las imágenes que inmortalizaron sus rutinas.
Sus cuerpos, sin embargo, lucían muy diferentes a esos recuerdos de otras décadas de jovencitas minúsculas que lucían eternamente como niñas y que siempre parecían tener el fantasma de la anorexia deportiva encima. Basta con mirar la rutina perfecta de Nadia Comanecci y compararla con la nueva estrella estadounidense Simone Biles para notar cuán minúsculos eran los cuerpos de las gimnastas de otros juegos olímpicos.
En un estudio publicado por The Harvard Sports Analysis Collective se advierte que esta diferencia en los cuerpos más formados de las gimnastas actuales se debe en parte a que, por ejemplo, en los olímpicos de Montreal de 1976 muchas de las niñas que competían, que fue el caso de Nadia Comanecci, estaban entre los 14 años, “una edad en la que hoy ni siquiera habrían sido aceptadas para competir”.
Pero además, el fenómeno de Simone Biles, una jovencita que apenas alcanza los 19 años, que ha ganado más 10 medallas de oro y que ha sido llamada justamente la nueva Comanecci en su primera participación con el equipo olímpico estadounidense en estos juesgos olímpicos, amenaza con proponer una nueva silueta a este deporte, una que parece invocar más la figura gruesa y contundente de jugadoras como Serena Williams que las de las gimnastas de Europa del Este que la antecedieron.
El cambio en la altura promedio de las gimnastas no ha sido muy remarcable, señala el estudio, que propone (analizando los cuerpos desde 1956), que el 78% suele estar unas cuantas pulgadas por debajo de los 5 pies de altura. Una regla que parece apreciarse con claridad en el equipo de gimnasia de USA en el que su gran estrella, Simone Biles mide 4 pies con 8 pulgadas, mientras Gabrielle Douglas, otra de las favoritas, ostenta 4 pies y 11 pulgadas. “Una jovencita que puede lucir un poco baja en el centro comercial luce perfecta en el mat de gimnasia”, dice el estudio.
En cuanto al peso si son notables cambios que muestran que mientras en 1950 y 1960 los pesos de las gimnastas estaban entre las 120 libras, hoy se mantienen entre las 100 libras. También es cierto que en estas décadas, las gimnastas competían entre los 20 y 30 años, una edad promedio que cambió radicalmente en 1972 cuando la bielorusa Olga Korbut debutó con una edad de 17 años haciendo una rutina que cambiaría la historia de uno de los deportes que aún se mantiene como uno de los tres más vistos dentro de los Olímpicos.
Pero mientras fuera de la villa olímpica los cuerpos de las jovencitas que competirán para traerse las medallas olímpicas pueden parecer atípicos, al interior de esa reunión global de deportistas son aceptadas y normales los cuerpos musculosos, las alturas extremas o las más pequeñas como lo dejó manifiesto Simone Biles en estas fotos que posteó en su Twitter con un mensaje contundente: “Aquí en las olimpiadas, la altura no importa porque todo depende del deporte que hagas”.
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