Lifestyle

Sologamia: una mujer se casó consigo misma y lo celebró con una gran fiesta

La palabra sologamia se ve cada vez con más frecuencia. Se le llama así al casamiento con uno mismo, una práctica que últimamente se ha vuelto tendencia.

PUBLICIDAD

Se celebra como cualquier boda tradicional, solo que no se festeja la unión de dos personas, sino con uno mismo. Se basa en el pensamiento de que no necesitamos de otro para ser felices y que podemos encontrar en nosotros todo lo que buscamos. Tanto es así que algunos han decidido celebrar el amor que sienten por ellos mismos.

Celebrar el amor propio

Laura Mesi es una de ellas. A los 40 años decidió celebrar una boda increíble consigo misma, y no faltó nada: un hermoso vestido blanco, un pastel de tres pisos y 70 alegres invitados. Laura dijo que cree firmemente que el amor propio está antes que todo y que se puede tener un cuento de hadas sin un príncipe.

«Les dije a amigos y familiares que si no encontraba a mi alma gemela a los 40 años, me casaría conmigo [...] Si un día encuentro a un hombre con quien pueda planear un futuro, seré feliz, pero mi felicidad no depende de él»

Laura comentó que la idea de una boda consigo misma surgió después de la ruptura de una relación de 12 años, y, según contó, fue la primera mujer italiana en celebrar un boda de este estilo.

Sologamia: una tendencia que crece

Las bodas celebradas con uno mismo no tienen validez legal en ninguna parte del mundo, pero se ha vuelto un símbolo de la aceptación cultural y social de la soltería, y en poco tiempo se ha convertido en tendencia en EE. UU. y Europa.

Algunos datos curiosos muestran su auge. En Japón, desde el 2014, una agencia de viajes comenzó a ofrecer bodas a personas solteras. También hay un sitio web llamado I Married Me que ofrecen diversos kits para una boda con uno mismo. En Canadá, una agencia llamada Marry Yourself Vancouver atribuye el aumento de bodas en solitario al creciente número de  personas solteras.

Podremos estar en contra o a favor de este tipo de boda, pero no podemos negar que el simple hecho de que se celebren en varias partes del mundo nos está dando a entender que hay una nueva forma de relacionarnos. Y que vamos transformando la mirada que tenemos del mundo y de nosotros mismos a través de la profunda valoración del amor propio.