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Los 6 SÍ y NO para el 2015: un testamento del Año nuevo

En cada país y en cada familia hay tradiciones para traer lo mejor en el año nuevo. En el Ecuador, donde resido yo, al igual que en muchos otros países del mundo hispano, comemos uvas a la medianoche y aprovechamos cada una para pedir un deseo. Vemos a los vecinos darse la vuelta a la cuadra, maleta en mano, para atraer los viajes. O nos ponemos ropa interior nueva roja (para el amor, la pasión y la fertilidad) o amarilla (para el dinero y la prosperidad) y pretendemos así cambiar nuestra vida para bien.

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Tradiciones muy particulares del nuevo año

Pero también tenemos unas tradiciones muy propias. La más curiosa para mí siempre ha sido la tradición del Año Viejo y su “viuda”. Desde el mediodía del 31 de diciembre, la ciudad de Quito se llena de grupos de “viudas”, hombres vestidos tal cual travestis con pelucas largas, senos falsos y piernas al aire –¡con o sin una buena depilación!– bajo una minifalda indecente, pidiendo una moneda con la excusa de que ya no tienen qué comer porque se murió su marido, el Año Viejo. Estas “viudas” paran el tráfico con sogas y no dejan pasar sin una contribución monetaria o al menos un halago para su belleza “femenina”.

A la medianoche, toda la ciudad se llena del humo de los “años viejos” –maniquíes que se queman en clara representación del paso del tiempo. A veces los vestimos con la ropa de un ser querido que se fue o de uno que queremos que se vaya. Nos paramos en la fría noche quiteña para sentir el calor del anterior año y esperar que su luz nos ilumine el que viene.

Y para despedir al muerto, no puede faltar el famoso testamento, un documento que en algunas casas quiteñas se lee en voz alta alrededor de la mesa festiva. Dotado de humor, de sabiduría y de reconocimiento tanto de los méritos como de las fallas de todos los presentes, se comparte y se aprovecha para reírse en buena fe de lo ocurrido en el año anterior y buscar lo mejor para cada uno en el año nuevo. En honor a esta tradición, les comparto aquí mi humilde testamento.

Imagen Thinkstock

Testamento de fin de año para el 2014-2015

Al año viejo, le dejo lo siguiente:

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1. El actitud de víctima.
2. El odio y el rencor.
3. El orgullo y el ego.
4. La autocrítica.
5. Las personas que no me ayudan a ser la mejor persona que pueda ser.
6. Los proyectos y trabajos que no me llenan.

Y para el año nuevo, me doy unas pautas a seguir:

1. Me amo. Me respeto. Me honro.
2. Asumo la responsabilidad por mi propia felicidad.
3. Pongo los límites necesarios para crecer y prosperar.
4. Dedico tiempo a lo que me es importante, sobretodo a cultivar las amistades que me apoyan en las buenas y en las malas.
5. Llevo una sonrisa, un saludo cordial y la humildad adonde sea que voy.
6. Exijo el respeto y una vida libre de violencia que me merezco.

¡Feliz año 2015 lectoras de iMujer!