Cuando una pelea de pareja se desata, las cosas más extrañas pueden suceder. La tensión que sobrevuela el "combate" nos hace actuar impulsivamente durante el tiempo que dura la contienda y, una vez que ésta acaba, el aire se corta con un cuchillo. Y pienso que es en ese momento, durante el " after fight", cuando se generan las escenas más insólitas y hasta algo estúpidas, tanto de parte de hombres como de mujeres.
Cosas tontas que hacemos en una pelea de pareja


Por supuesto que, vistas desde afuera y a la distancia, estas escena resultan chistosas y, sobre todo, absurdas. Basta que pasen unas horas luego de la reconciliación (¡siempre llega la reconciliación luego de una pelea estúpida!) para que estemos junto a nuestra pareja riéndonos de nosotros mismos por lo que pasó. Por eso, creo que será divertido repasar algunas de estas cosas tontas que hacemos durante una pelea de pareja.
El automóvil silencioso
A esta situación la pongo en primer lugar porque es mi favorita: luego de discutir en una reunión familiar o de amigos, por ejemplo, la pareja se dirige en automóvil de vuelta a su hogar. Durante todo el trayecto no se dirigen la palbra, pero tampoco atinan a prender la radio, ¡no! Debe reinar el silencio por si al "otro" se le llega a ocurrir hablar, ya sea para pedir perdón, para continuar peleando o, en el caso del acompañante, para criticar la forma de manejar del conductor.

La cena arruinada
Ésta es un verdadero clásico, ¿me van a negar que nunca la vivieron? Ambos están contentos y entusiasmados, ya que esa noche saldrán a cenar afuera. Todo es amor y felicidad. Sin embargo, ni bien se sientan en el restaurante, alguna cosa de lo más estúpida y sin sentido (¡cualquiera es válida!) sucede, y se desata una batalla campal. Todo lo que sigue es de lo más divertido, pero sólo para los demás clientes del lugar, que serán testigos involuntarios de la discusión absurda de la parejita en cuestión.
Lo más común en este caso es que la pelea acabe pronto, pero que de todas formas la cena resulte irremontable. Por consiguiente, una vez más, reinará el silencio, como en el auto, y tanto él como ella no levantarán la mirada de sus platos hasta el final de la velada.
La pelea en público
Lo mejor de una pelea de pareja en público no es la pila de pavadas que probablemente se están diciendo, sino los enormes (e inútiles) esfuerzos que harán ambos por intentar disimular que están discutiendo acaloradamente. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en el banco de una plaza. Cualquiera que tenga la suerte de pasar por ahí, será testigo de un milagro, algo que sólo una pareja peleando en un espacio público puede lograr: gritarse en voz baja.

Murmullos y reacciones bruscas
Cuando la pelea termina, el aire se corta con un cuchillo, como bien decía al comienzo de este artículo. En este contexto, suele suceder que ninguno de los dos está dispuesto a emitir la primera palabra, a no ser que sea necesario hacerlo. Entonces, el más mínimo murmullo esbozado por alguno, es un evento que el otro no debe dejar pasar. Por ejemplo, algo que se estila en estos casos es increpar al murmurador con un intenso "¿QUÉ?". A lo que el increpado posiblemente responderá con un violento "¿QUÉ, QUÉ?". Para que todo acabe en un "Nada...".
Discutir en ropa interior
Y aquí es cuando, debo advertirles, la cosa está pasando a mayores, y todo indica que estamos tocando fondo. Por favor, ¡eviten las discusiones en ropa interior! Si tu pareja salió de bañarse y dejó todo el baño mojado, controla tua ganas de batallar al respecto y hazle el favor de esperar a que, al menos, se ponga el pantalón. Porque, seamos objetivos, nada menos digno que discutir en ropa interior, ¡o pero aún!: desnudos.
Si desafortunadamente te encuentras, de repente, envuelto o envuelta en una de esas peleas, y con poca ropa, déjame decirte que es hora de que te rindas: cualquier cosa que digas perderá autoridad automáticamente.

Definitivmente, todas estas escenas son muy divertidas, siempre y cuando se las vea desde afuera, ¿no es cierto? ¡Espero no estar involucrado en ninguna de ellas pronto! Aunque todos sabemos que ciertas delicias de la vida conyugal son inevitables, como estas cositas tontas que hacemos durante una pelea.









