La Duquesa de Cambridge ha olvidado por una semana su tradicional pose de manos delicadamente cruzadas y ha mostrado al mundo su desprevención y sus habilidades atléticas. Para tal fin, la escogencia de su ropa ha sido estratégica: diseñadores ingleses y modelos cómodos. Con este colorido vestido de Anita Dongre, no podrían ir otros zapatos que unos espadriles (alpargatas de taco corrido) de tan solo 3,5 pulgadas, ideales para los días de campo.