La varicela es una enfermedad de origen viral que causa una erupción con pequeños granos llenos de líquido que provocan picor en todo el cuerpo. Es una enfermedad muy contagiosa que se propaga por el simple contacto, pero en la actualidad, y gracias a la vacunación, no es tan peligrosa.
Varicela en niños: pediatras aconsejan prestar atención a estos síntomas poco conocidos

A continuación te describiremos cuáles son los síntomas previos, que se producen cuando la enfermedad está incubando, cuáles son los posteriores y qué debes hacer en el caso de que tu hijo se contagie de varicela.
Síntomas de la varicela
La varicela no se manifiesta de inmediato. Aparece entre los 10 y los 21 días después de que el niño fue expuesto al virus y dura entre una semana y 10 días. Algunos síntomas pueden aparecer dos días antes de la manifestación que todos conocemos (los granitos):
- fiebre leve a moderada
- pérdida de apetito
- dolor de cabeza
- sensación de malestar general y un gran cansancio.
Cuando la varicela se manifiesta con la erupción, se puede decir que atraviesa tres etapas. Primero aparecen las ronchas o granitos que son de color rosado o rojo y duran varios días. En la segunda etapa, los granitos se llenan de líquido, se rompen y forman costras cuando ya la enfermedad está llegando a su fin. Puede extenderse por todo el cuerpo en casos muy severos llegando a formar costras y lesiones en la garganta, los ojos, el ano y la vagina, pero no es muy habitual.

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Si bien estos son los síntomas clásicos de la varicela, existen otros que son signos de alarma y nos indican que deberíamos concurrir a la guardia del hospital.
- En el caso de que la zona donde se encuentra la erupción se vuelva sensible y esté muy caliente y roja, pues puede tratarse de una infección bacteriana.
- Si los granos se extienden a los ojos.
- El niño se siente mareado o desorientado.
- Sus latidos son más rápidos de lo normal, no puede respirar, tiene tos, vómitos y siente el cuello rígido.
- Tiene más de 39 ºC de fiebre.
- Si el niño tiene menos de 6 meses.
Cuidar a nuestros niños de la varicela es simple. Seguro que como mamá ya tienes la idea de que, si algún amiguito o alguien de la familia está enfermo, es mejor evitar el contacto si no tuvieron la enfermedad antes.
Debes saber que una vez que el niño se contagia ya se vuelve inmune al virus, pues el cuerpo fabrica defensas. Por lo tanto, si tu hijo ya tuvo varicela y hay casos en el jardín o en la escuela, no debes preocuparte porque no se volverá a contagiar.
Es importante no desesperarnos cuando nuestros hijos se brotan, pues solo lograremos que ellos también se pongan nerviosos. Lo importante es que no se rasque donde le pica para no romper los granitos y provocar una posible infección. Puede evitar esto tomando duchas de agua tibia durante el día utilizando un pan de jabón neutro o blanco sin perfume y esparciéndole talco mentolado por los lugares donde tiene la erupción, pues lo refrescará y evitará el picor, que suele ser siempre muy molesto.
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