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Qué es el bullying y cómo evitarlo: lo que debes saber para detener el acoso escolar

Hoy en día el bullying es un asunto extremadamente importante en los niños y que se repite en numerosas ocasiones. Lo peligroso del acoso escolar es que lleva a los niños a la depresión, a sentirse solos y a ser dañados tanto de forma física como emocional. Por lo general, los niños que experimentan el acoso escolar presentan síntomas de introversión, no quieren ir a la escuela ni tampoco hablar de lo que pasó en ella.

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Es fundamental que los padres estén atentos y brinden su apoyo, ya que si el acoso es constante puede llevar a que los niños tengan reacciones explosivas y hasta pensamientos suicidas. Sin mencionar que también experimentan estrés frente a esta situación y pueden enfermarse.

¿Qué es el bullying?

El término en ingles bullying y acoso escolar son sinónimos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el bullying como la exposición repetida de una persona hacia agresiones físicas o emocionales. Es importante destacar que el organismo emplea la palabra "persona" y no "niño" o "infante", esto porque también reconoce al bullying en el área de trabajo como un problema serio. Con ello se establece que la edad no es un factor que nos vuelva inmunes al acoso, pero es cierto que es más común experimentarlo durante la etapa académica.

La OMS cataloga al acoso escolar y laboral como problemas graves de salud pública. Existen diferentes maneras con las cuales se manifiesta, siendo entre los más conocidos el uso de apodos ofensivos, las burlas, las amenazas y los ataques físicos (desde empujones hasta golpes). Hay otros actos menos mencionados, pero igual de peligrosos para la salud mental de los individuos. Entre ellos se encuentran el esparcimiento de rumores y la exclusión social.

(Nota: la exclusión social se refiere a la acción de no permitir que un estudiante pertenezca a la comunidad en general. No es malo que un individuo no esté interesado en ser amigo de otro, pero sí lo es si evita que otros se acerquen a él o le asegura que nadie querrá ser su amigo.)

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El acoso escolar puede ser evidente o sutil, pero eso no lo vuelve menos reprochable. Un reporte de la UNESCO de 2018 publicó que la incidencia del bullying ha bajado en el mundo, pero esto no ha sucedido con los casos que involucran violencia física. En la actualidad, el cyberbulling va en ascenso debido a su novedad, accesibilidad y la posibilidad de mantener el anonimato. El uso de Internet y redes sociales lo han facilitado, pero lejos de demostrar que la tecnología es un peligro para un sano ambiente escolar, esto demuestra la importancia de enseñarle a los niños cómo relacionarse con otros tanto frente a frente como ante una pantalla.

Las estadísticas del bullying

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El mismo artículo de la UNESCO que mencionamos en el apartado anterior ofrece datos preocupantes. La característica que más se retoma para molestar a alguien es su apariencia física. Gracias a una encuesta que abarcó a 144 países se descubrió que el 15.3 % de los estudiantes que han sido víctimas de bullying fueron agredidos por la forma como se ven sus cuerpos y/o rostros. Después le siguen factores como la raza, la nacionalidad y el color de piel.

Aunque buena parte del acoso escolar en el mundo se refleja como violencia verbal o emocional, no debemos pasar por alto la física y emocional. La primera tiene una representación del 16.1 %, mientras que la segunda es de 11.2 %. El acoso físico tiende a presentarse más en la región del Pacífico y en la África sub-sahariana; el sexual, en los países de América Central, Medio Oriente y África del Norte.

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Consecuencias del acoso escolar

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En el juego del bullying, nadie resulta ganador: ni quien lo practica, ni quien lo recibe. La Asociación Psicológica Americana recopiló una lista de los efectos (todos negativos) que genera el acoso escolar en ambas partes. Como verás a continuación, se trata de efectos que no deben pasar desapercibidos, ya que podrían arruinar la vida de los niños hasta llegar a la etapa adulta.

Quienes son víctimas de bullying son más propensos a abandonar la escuela y a tener un menor rendimiento académico en general. Además, suelen presentar mayores niveles de depresión, soledad y ansiedad, relacionados a una baja autoestima. Para quienes crecieron en un ambiente escolar violento también aumentan las probabilidades de cometer suicidio, tanto en el futuro como durante la infancia.

La situación no mejora para los abusivos, porque ellos presentan tasas más elevadas en el consumo de alcohol y drogas. Además de ser más agresivos e impulsivos, tienen una probabilidad mayor de convertirse en delincuentes y participar en actividades criminales.

¿Por qué las personas hacen bullying? ¿Cuáles son sus causas?

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A muchos padres les cuesta aceptar que su hijo podría estar haciéndole mal a otros chicos y prefieren obviarlo. Es muy importante que no lo hagan, que estén atentos y que busquen formas de evitar que ese comportamiento continúe. Sobre todo porque el problema comienza con el victimario, no con su víctima.

Por lo general los niños que maltratan, bromean o lastiman a otros niños lo hacen como un llamado de atención. Es para sentir que poseen el control total en un aspecto de su vida. También sucede que algunos tienden a copiar el comportamiento de otros compañeros o adultos a su alrededor. E incluso pudieron haber sido ellos mismos víctimas de acoso escolar con anterioridad. Tampoco es extraño que se vuelvan agresivos al no saber cómo manejar las frustraciones.

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Muchos de los niños que agreden y lastiman a otros no tienen una verdadera noción de lo que hacen y no toman en cuenta los sentimientos de los demás. Investigadores de la Universidad de Yale descubrieron en 2017 que los bullies no son hábiles para reconocer las emociones de los demás, en especial la angustia. Lo cual puede agravarse si el individuo ha experimentado momentos difíciles o traumáticos en su vida.

Los niños que acosan por lo general eligen como sus víctimas a niños que se muestran débiles, que les cuesta defenderse por sí solos y que tienden a sentirse mal con facilidad. Esto es por una cuestión de asegurar el control frente a ellos.

Cómo evitar y prevenir el bullying

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Lo primero que debemos considerar es que para enfrentar y prevenir el acoso escolar se necesita de la participación de cada una de las partes involucradas. Esto implica a las víctimas, al victimario, a los padres, a los maestros y a las autoridades institucionales. Un alumno que molesta a otros no es un suceso aislado de su comunidad o que podamos barrer bajo la alfombra porque «así son los niños».

Actuar en conjunto es esencial para acabar con la violencia, como lo asegura el sitio Stop Bullying (afiliado al gobierno de los Estados Unidos). Las medidas que sugiere esta página son, a grandes rasgos, los siguientes:

#1 Mantener una comunicación abierta

Stop Bullying señala que con al menos 15 minutos diarios que los padres le dediquen a sus hijos para conversar sobre su día, se creará un espacio en donde los pequeños se sentirán seguros de compartir lo que les sucede. Si ellos perciben que los mayores en verdad se preocupan por ellos, no dudarán en avisarles si algo malo sucede en el salón de clases.

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#2 Enseñar a respetar con el ejemplo

Una pieza esencial para detener la máquina del acoso es enseñar a los infantes a ser respetuosos y amables. Un ejercicio básico consiste en hacer que se pongan "en los zapatos de los demás", para desarrollar el concepto de empatía y evitar que desahoguen sus preocupaciones de forma agresiva.

Los hechos hablan mucho más fuerte que las palabras y, aunque a veces duele reconocerlo, los hijos suelen aprender los malos hábitos de los padres o tutores porque eso observan en su hogar. Es necesario preguntarnos si nosotros podríamos acrecentar el problema, incluso sin notarlo. La buena noticia es que también podemos usar nuestra influencia para combatirlo.

#3 Enseñar estrategias inmediatas contra el acoso

Aunque lo que en realidad terminará con el bullying en el mundo es un cambio cultural (en donde los conflictos se resuelvan mediante comunicación y empatía, no con violencia), estamos de acuerdo en que eso no sucederá de un día para otro. Pero sí es posible una persona agresiva siga actuando de esa forma durante los próximos días, incluso aunque se le llame la atención. Por ello también es aconsejable enseñarle a los niños cómo responder ante el bullying.

Es normal que al ser víctimas de un abuso queramos salir corriendo y no hablar más del asunto, pero la mejor opción es tomar coraje y actuar de inmediato. Esto no quiere decir que si alguien te ofende, debas atacarlo de vuelta. El primer paso es pedirle al victimario que se detenga; aunque él o ella hagan caso omiso de la petición, es importante que los niños aprendan a expresar cuándo no están conformes con cómo los tratan.

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Cuando el acoso es leve o moderado, está la opción de ignorar al agresor para no darle poder sobre nosotros. Pero si su conducta es en verdad peligrosa, debe buscarse la ayuda de un profesor e intentar siempre estar rodeado de amigos y compañeros, para no estar a solas con él y que la situación escale.

#4 Reforzar la empatía

Como mencionamos en el punto anterior, la empatía es esencial para no hacerle daño a los demás, así como a nosotros no nos gustaría que nos lastimen. Pero este valor también es deseable porque así tus pequeños podrían defender a otro estudiante que sea víctima de un bully. Esto reforzará el sentimiento de comunidad

#5 Aumentarel autoestima con actividades divertidas

Aumentar el autoestima de una persona no sólo se consigue con recordarle lo valiosa y única que es. Esas afirmaciones son necesarias, pero también se benefician de los pasatiempos y actividades extracurriculares. Con ellas, los niños desarrollan sus habilidades y personalidad, mientras le enseñan a conectarse con otros individuos. Con amistad y confianza se instala una buena base contra el acoso escolar.

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Los padres tienen que estar atentos acerca del comportamiento de sus hijos y de cómo evitar que se sientan solos o que sean víctimas de acoso. Si tu hijo es acosador, no te ofendas y actúa de forma inmediata: hazle entender la gravedad de la situación y ayuda a que evite ese comportamiento; que aprenda a sentir empatía hacia los demás.

Tratando de evitar este tipo de situaciones crearás un mejor ambiente para tus hijos y sus amigos. Así ayudarás a que se valoren y respeten entre ellos y a sí mismos.

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