¿Qué aprendemos los padres de los hijos?

Nuestro rol como padres es, entre otras cosas, enseñar a nuestros hijos y guiarles, pero a veces son ellos los que nos dan verdaderas lecciones.

Mi hija mayor es muy perseverante, desde pequeña lo ha sido, un don innato que de mí, estoy segura, no ha heredado. Cuando me pide que la ayude con algo, sobre todo, esas cosas que vienen con manual - que yo odio leer-, para mi es realmente una tortura china.

No se me dan las cosas para armar, ni la ingeniería, ni descifrar el funcionamiento de los objetos, especialmente los electrónicos. Pero ella insiste, así que no me queda más remedio que intentar, eso sí a regañadientes.

Cuando no se vale rendirse

Nos pasó con un regalo que le dieron la navidad pasada, un aparatito con instrucciones que yo intenté hacer funcionar sin éxito. Reconozco que como el tema me aburre le dije que mejor lo dejábamos para otro momento y ella que no mami, vamos a leer las instrucciones. Bueno, vamos a intentar nuevamente, pero nada, que no me salía como armar el asunto.

Yo, ya totalmente hastiada le dije que no, que no lo hacía, que le pregunte a alguien más (por ejemplo tu papá) y ella con cara de decepción me dijo: “ no mami, no te rindas, sigue intentándolo”.

Y yo que pretendo enseñarle precisamente eso para la vida, que no se rinda, que siempre siga intentando, que se supere a sí misma (y por supuesto a su madre), cómo hago para explicarle que dado el momento me pueden más mis mañas.

La niña fue tan sincera que me tuve que tragar el aburrimiento y con nuevos bríos intentar hacer andar el bendito juguete, que no pude, pero por lo menos “morí” en el intento con la lección bien aprendida.