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La historia de un parto en casa: para informarnos y decidir mejor

Dar a luz es el momento más perfecto de la vida de un ser humano, es vida dando vida, es la máxima expresión del amor. Es en ese momento que se crea el vínculo más fuerte que existe, madre-hijo.

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Dar vida es un hermoso milagro que a veces se ve estropeado por los sistemáticos procedimientos que existen en los hospitales para traer criaturas al mundo. El gran flujo de nacimientos automatizó el proceso para que el equipo médico tenga todo bajo control y sea rápido. 

Luego de dar a luz, lo único que queremos es ir a casa, para estar en calma con nuestro bebé y tener todas las comodidades a las que estamos acostumbradas. Sin embargo, esperamos que nos monitoreen y controlen. Para eso están hechos los procesos médicos, para asegurarnos que la salud de ambos está bien. Ese proceso tan interiorizado por las madres no había sido cuestionado, hasta ahora.

La decisión más difícil

Dar a luz en un sanatorio puede convertirse en un hecho traumático y aunque no lo creas puede ser peligroso. En primer lugar, tienes a decenas de personas a tu alrededor presenciado el nacimiento de tu bebé lo que le quita toda la intimidad que puede tener.

En segundo lugar, tanto tú como tu bebé se exponen a miles de enfermedades durante su permanencia en el hospital.

Por esto es que debemos evaluar otras posibilidades que mejoren la experiencia del parto y nos brinden mayor seguridad. Esto no quiere decir que debas descartar la posibilidad de dar a luz en un hospital, simplemente es recomendable evaluar otras opciones.

La historia de Michelle

Esta mujer es madre de 3 hijos, los primeros dos nacieron en un hospital. Si bien las dos experiencias fueron hermosas y la llegada de sus hijos fueron increíbles, el momento del parto no fue de las anécdotas más lindas que tenga Michelle para contar.

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Las personas a su alrededor, la frialdad de la sala, la falta de intimidad, la automatización del proceso fueron algunas de las cosas que hicieron que esta mamá se plantee nuevas opciones. Así que para la llegada de su tercer hijo, eligió hacer las cosas diferentes… el parto sería en su casa.

“Me desperté a las 5 am con fuertes contracciones, aún faltaban dos semanas para la fecha acordada, sin embargo yo sabía que mi bebé estaba a punto de nacer. Salí de mi habitación para que mi marido descansara un poco más y yo pudiera manejar mis contracciones, tal como me lo habían enseñado. No me sentía ansiosa ni asustada, simplemente me sentía emocionada y muy segura de lo que estaba haciendo, después de todo preparé este evento durante meses. Poco a poco mi trabajo de parto se intensificó y debí enfocar mi energía y concentración en mí y en mi bebé. Llamé a los profesionales que me acompañarían durante el parto para que estuvieran listos en el momento que necesitaremos ayuda, pero mientras tanto me quedé en casa escuchando un poco de música y controlando mi respiración.
Cuando las contracciones se volvieron insoportables, entré en la piscina de agua caliente que tenían preparada para mí, eso ayudó a calmar mi dolor y me permitió relajar mi cuerpo. Mi marido se sentó detrás de mí para transmitir la paz que necesitaba en ese momento. No es que ese momento haya sido una situación feliz e indolora, mi dolor aumentaba cada vez más y por momentos sentía que no podría lograrlo. En un momento la partera anunció que mi bebé se estaba coronando y mi marido se colocó delante de mí para recibir a nuestro hijo. Fue el momento más especial que he vivido y fue tan íntimo y cuidado que no lo cambiaría por una epidural.”

El parto de Michelle fue un parto estándar, su bebé nació en perfectas condiciones y contaba con personal médico para atender al niño en sus primeros minutos en el mundo.

Tanto la mamá como el bebé recibieron la misma atención que en el hospital, con la diferencia de que estaban en su casa y que el momento del parto fue algo totalmente íntimo e inolvidable.

Este tipo de elecciones son difíciles, sin embargo, es una hermosa experiencia que podrías intentar. Dar a luz en el hospital o en casa... ambas formas son aceptables, simplemente es interesante que  conozcas las opciones que tienes para estar segura de elegir el lugar correcto para ti y tu bebé.