¿De qué hablamos cuando hablamos de inclusión?

Mucho se habla de la inclusión e integración en nuestra sociedad. Y generalmente estos términos se asocian a la discapacidad en cualquiera de sus formas. Pero, ¿qué significa inclusión? ¿Qué significa integración? Conceptualmente podríamos decir que “se denomina inclusión a toda actitud, política o tendencia que busque integrar a las personas dentro de la sociedad”. Es decir que inclusión e integración son dos conceptos diferentes que en este caso van de la mano.

Lo cierto es que esto en la teoría es maravilloso, pero si miramos un poco alrededor veremos que la práctica no es tan atractiva.

La inclusión en la sociedad

Hay políticas sociales e incluso leyes que establecen que toda empresa debe tener el 4% de sus puestos de trabajo ocupados por personas con discapacidad. Pero hay otra política no implícita, que niega todo esto porque ni el estado ni la sociedad suelen hacerlo cumplir.

A su vez, hablamos de darle a todos los niños las mismas oportunidades en la sociedad en general, y dentro del ámbito escolar en particular. Pero es común encontrar docentes que se dicen unos a otros “no insistas, no va a poder” “dejalo, no ves que tiene problemitas”, y no se dan siquiera la oportunidad de sorprenderse. En cambio, si colocamos el límite por arriba de lo que nosotros creemos que ese niño puede, entonces le estaremos dando la posibilidad de sorprendernos y quizás también de sorprenderse a si mismo. 

Si bajamos el nivel a alcanzar porque consideramos que más de eso no puede, entonces somos nosotros los que lo estamos limitando, y por lo tanto excluyendo.

Muchas veces todo esto se enmarca en el miedo a la frustración. Tenemos miedo de que si ponemos el límite muy alto el niño no llegue y se frustre. Pero en realidad todo esto solo depende de la actitud. La inclusión va más allá de a donde llegue cada uno. La inclusión se basa en cómo nos paramos frente a las personas y qué lugar les damos.

Entender que todos tenemos limitaciones, y que algunos más que otros. Buscar en las personas lo positivo y no lo negativo. Ver lo que mejor saben hacer y no aquello que no pueden. Confiar y ayudarlos a confiar en sí mismos.

Inclusión real sería dejar de diferenciar a las personas con discapacidad y empezar a verlas simplemente como personas.

Podés ver: ¿Cómo vincularnos con chicos con discapacidad?