Como se suele decir, nadie experimenta en cabeza ajena.
8 situaciones cotidianas que entiendes ahora que eres madre

Cuando no se tiene hijos, hay tantas situaciones que se desconocen y no se comprenden, que solo se pueden entender cuando se experimentan. Por eso, si eres mamá, seguro te sentirás reflejada con estas situaciones cotidianas.
#1 Cambio de pañales

Tienes una hermosa velada en un restaurante, cenando muy plácidamente, cuando de pronto escuchas que tu bebé tiene gases y ¡hasta puedes olerlos! Y no solo tú, sino los de la mesa de al lado y tus amigos… ¡en fin!
Seguro que ya has pasado por algo igual o similar, y por eso ahora entiendes a aquellas madres que se avergonzaban cuando tú ibas a cenar sin hijos.
#2 No te alcanzan las manos

Ahora tienes que pasar por cualquier puerta con el cochecito de paseo, y cuando no eras mamá solo se trataba de ti. Y qué decir cuando tienes que subir escaleras para entrar a un sitio, aunque solo se trate de cuatro escalones, subirlos con un coche de bebé más tu bolso y otras cosas que seguro llevas y nunca faltan, puede convertirse en todo un reto.
#3 Manteles de papel

Ir a un restaurante muy coqueto puede ser suficiente para aguantar varias miradas sobre ti y tu niño. Los niños son inquietos y es normal, por eso es mejor llevarlos cuando sean más grandes.
Mientras sean pequeños, puedes llevarlos a sitios donde los manteles de la mesa sean de papel y dejar que tu peque haga agujeros en la miga del pan y corretee un poco alrededor de la mesa.
#4 Ambientes insonorizados

A medida que tus hijos crecen, te preocupa que te escuchen hacer el amor con tu pareja. Y pensar que antes les decías a tus amigas que no era para tanto... ¡cómo han cambiado los roles!

#5 Ya no te gusta el marketing
Cada vez que entras a un supermercado o similar, hay chuches y chocolatinas por todas las líneas de caja y tu peque llorisquea porque tú no quieres comprarle.
Y hasta hace poco no comprendías a esas madres que les decían a sus hijos "Tienes los mismos en casa", ¿verdad?
#6 Andar por la acera es misión imposible
Entre la gente y lo estrechas que son, avanzar con un cochecito de bebe es toda una odisea. ¿Los funcionarios nunca pasean con sus bebés? ¡Por qué no las hacen más anchas!
#7 Cualquiera que te eche una mano

Te muestras eternamente agradecida con alguien que distraiga de forma graciosa a tu hijo, justo cuando le da la rabieta, o que le regale un caramelo o dulce cuando hay una cola interminable en la caja. Son cosas que no tienen precio y te hacen la vida algo más fácil.
#8 El asiento en el metro o autobús

Con semejante barriga y pies hinchados, o bien con tu hijo en brazos o al lado tuyo, que alguien sea tan amable de ceder su asiento hace que tengas ganas de besarlo.
¿Te sientes identificada con estas cosas que solo se entienden cuando se es madre?







