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5 mitos sobre los niños y las niñas transgénero que NO son ciertos

Personas famosas como lo son   Angelina Jolie y Brat Pitt, atraviesan la experiencia en su propia familia. Shiloh, hija biológica del matrimonio, desea que la llamen John, y  se comporta como si fuera un niño desde los cuatro años.

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Como este, hay más ejemplos,  que tal vez  no trascienden por no tener relación con el mundo del espectáculo o la fama. 

Mucho se dice sobre los niños transgénero, pero ¿cómo distinguir la verdad de la mentira? Aquí tratamos de echar luz sobre el tema.

Mito 1: La mayoría son niños que se sienten niñas

Imagen The Grosby Group

El mito estaría fundado en que diversos centros que acompañan a las familias con hijos transgénero, aseguran que la mayor parte de las llamadas que reciben son de padres de  niños de género masculino

Linda Blair, psicóloga clínica y autora de "El niño feliz", explica que esto ocurre porque los padres  se sorprenden de ver a su hijo varón jugar con muñecas. En cambio, si sucede al revés, y son las niñas las que quieren jugar con coches, no les parece tan llamativo y no llaman.

Mito 2: Hay que llevar al niño y a la niña a un especialista en salud mental

Imagen Thinkstock

Hasta que los niños no pasan a la edad de la pubertad, no es necesario llevarlos a ningún sitio.

Los niños exploran y experimentan, y el hecho de que se comporten y adopten actitudes o conductas esperables del género opuesto, puede deberse a diferentes causas tales como por ejemplo, querer llamar la atención o desear ser como la mayoría de sus hermanos.

Diferente sería si el niño presentara señales de sentirse angustiado, triste o depresivo por su estado de identidad de género.

Mito 3: Los niños y las niñas no tienen capacidad para decidir

Imagen thinkstock

No es un "capricho", sino que existe una predisposición génetica. Durante la gestación, puede ocurrir lo que los médicos llaman el "disformismo sexual del cerebro" como resultado de la sobreexposición o falta de andrógenos.

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Un andrógeno es una "Hormona  que  induce  la  aparición  de  los  caracteres  sexuales  secundarios  masculinos,  como  la  barba  en  el  hombre  y  la  cresta  en  el  gallo.", según la RAE.

Y  a la probabilidad de que ocurra un "disformismo sexual", se suma el hecho de que  la identidad y el género de las personas se determina antes del nacimiento, pero los niños recién lo pueden expresar a partir de los 2 y 3 años.  Ellos se mueven con la verdad pura de lo que sienten y si lo hacen de forma contraria al género con el que han nacido, es porque  así debe ser. 

Mito 4: Si se obliga al niño o a la niña a vivir de acuerdo a lo esperable, se "soluciona"

Imagen Thinkstock

Obligar  al niño o a la niña a vivir y comportarse de una forma que le resulta contraria a su sentir, no es lo más saludable.  Lo mejor es dejar que los niños se vivan desde un principio acorde a su modo de sentir. 

No son pocos los padres que, luego de aceptar que no pueden ir en contra del modo de sentir de sus hijos, mejoran la relación con sus hijos. 

Mito 5: Son niños que provienen de un hogar disfuncional


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Crecer sin padres, con padres separados o que están juntos pero se llevan mal, no tiene relación con que un niño se sienta identificado con otro género y está demostrado.  Hay niños que se identifican con el género opuesto habiendo crecido en familias conservadoras y religiosas. 

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No hay ninguna prueba de que el entorno social en que crece un niño influya en su orientación sexual. 

La sociedad está cambiando, cada vez son más las personas que se animan a vivir como verdaderamente lo sienten, aun cuando eso signifique ir contra lo que se "espera" o "desea". Cabe recordar la definición de género:

"Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico".

Pero todavía queda mucho por avanzar... 

>> La medida de Barack Obama a favor de la comunidad transgénero en las escuelas públicas